Renault, que en 2005 y 2006 ganó el campeonato mundial de F1 con Fernando Alonso, ha decidido abandonar otra vez la Fórmula 1 a finales del 2025. El fabricante de motores francés, cuya última etapa en la competición se prolonga desde el 2021, ha anunciado que cesará la creación de unidades de potencia coincidiendo con el profundo cambio de normativa que habrá tras el próximo curso. Alpine F1, el equipo del grupo Renault, se mantiene de momento en la categoría utilizando un motor de otro fabricante: ¡Mercedes!

“Las actividades de Fórmula 1 en Viry, excluyendo el desarrollo de un nuevo motor, continuarán hasta el final de la temporada 2025. Esta transformación del centro implicará la reasignación de recursos y competencias actualmente asignados al motor de Fórmula 1. A cada colaborador implicado en el proyecto se le ofrecerá un puesto dentro de Hypertech Alpine en Viry-Châtillon”, comunicó la marca francesa en un comunicado.

Renault, tras meses de rumores sobre su futuro y sus propulsores, anunció que la tradicional sede en la que han fabricado y desarrollado los motores de Fórmula 1 se convertirá en un centro de ingeniería para contribuir a la tecnología punta de los futuros coches de Renault y Alpine. Esos proyectos alternativos incluyen el desarrollo de un futuro Supercar, con trabajo en la futura tecnología de baterías y el I+D en propulsores eléctricos.

Una patata caliente para Luca de Meo

La confirmación de que Renault abandonará su proyecto de motores de Fórmula 1 llegó después de mucha polémica sobre la idea del cierre de operaciones. El personal de Viry-Chatillôn protestó contra la medida, a pesar del ahorro de costes que supondrá que el equipo opte por ser cliente en lugar de financiar su propio programa completo de unidades de potencia. Todas las actividades de F1 de Alpine se centrarán ahora en la sede británica de Enstone, donde se seguirá desarrollando y evolucionando el monoplaza.

alpine

Todo el mundo daba por hecho, en medio de una revisión del plan por parte del consejero delegado de Renault, Luca de Meo, y el nuevo asesor, Flavio Briatore, que la ruta preferida era unirse a Mercedes a largo plazo. Además de los beneficios financieros, ese acuerdo significará tener acceso a un propulsor que debe garantizar la competitividad del coche, algo que en los últimos años han perdido irremisiblemente.

Comprar y usar el motor Mercedes costará alrededor de 20 millones de euros por temporada, puesto que la FIA establece un precio máximo. Sin embargo, disponer de motor propio exige una inversión adicional en I+D de unos 100 millones o más.

Nada es casual. Hay que hacer frente a la crisis y Renault la semana pasada vendió alrededor del 5% de sus acciones de Nissan. La alianza con Mercedes tiene hoy su lógica financiera y quizá también empresarial, puesto que en el pasado ha habido colaboración entre las dos marcas, sobre todo en el área de automóviles y furgonetas de calle.