Max Verstappen, gran dominador de la Fórmula 1 los tres últimos años, vive una auténtica pesadilla. El neerlandés ve como su amplia ventaja al frente del campeonato se diluye y que Lando Norris se ha convertido en un serio candidato a desbancarle. El británico ha ganado dos de las cuatro últimas carreras y el campeón no lo hace desde el GP de España. Han transcurrido ocho grandes premios y la agonía es notoria.
Red Bull ha dado un espectacular salto hacia atrás en este 2024, pasando de ser el equipo más fuerte de la parrilla en ocasiones al cuarto y solo las prestaciones de Max le mantienen ‘vivo’. El rendimiento de los McLaren ha superado a los coches de Milton Keynes con una celeridad que asusta y únicamente la destreza, experiencia y talento de Verstappen le permiten seguir liderando la clasificación.
Lando Norris, segundo en el campeonato, le ha restado al tricampeón 32 puntos en los seis últimos grandes premios (Hungría, Bélgica, Países Bajos, Italia, Azerbayán y Singapur) y con seis por delante todo es posible partiendo de la actual diferencia de 52 puntos. La bajada en la competitividad del Red Bull no tiene freno y se perfila un final de infarto.
Max saca petróleo entre las ruinas
Max Verstappen está limitando los daños, sumando puntos otrora impensables, pero el coche no está a la altura y la competencia se ha dado cuenta de ello. Después de ganar siete de los diez primeros grandes premios, ahora lleva ocho sin subir a lo más alto del podio. Le ha sonreído el hecho de que sus rivales han sido irregulares, que se han repartido los triunfos y ello le ha permitido mantener un colchón importante de puntos, que antes pudiera parecer suficiente y ahora es alarmante.
Red Bull todavía trata de entender qué va mal en su monoplaza, el por qué de ello, pero no hay una respuesta satisfactoria a los cambios sobre la pista. Ello hace, indudablemente, que la presión siga aumentando a medida que las diferencias se reducen. La única solución es recuperar el potencial del coche y darle la vuelta a lo que sucede en la pista. Ahora se ha abierto un paréntesis de casi un mes antes de la carrera de Austin (20 de octubre) que determinará el desenlace final.
Problemas sin soluciones para Red Bull
Red Bull ha pasado en solo seis meses de tener uno de los monoplazas más dominantes de la historia a uno inconducible. No tienen puntos fuertes y necesitan muchos cambios. Tienen que trabajar mucho, rápido y no desfallecer para que Max gane su cuarto título consecutivo. Las peleas internas han causado estragos, han roto la armonía del equipo y la fuga de cerebros es continua.
El rendimiento de Checo Pérez comparado al de Verstappen refleja el problema, pero es evidente que no la solución. El mexicano empezó la temporada de forma sobresaliente, sumando cinco podios en las seis primeras carreras. Desde Miami es una sombra de sí mismo. De los 144 puntos que tiene en la clasificación 103 los logró en ese periodo y de ir segundo en la tabla ha pasado a ser octavo. A partir de ese momento no levanta cabeza. Max ha mantenido el tipo, contra viento y marea. El holandés sabe minimizar los daños y saca petróleo entre las ruinas, dejando la sensación, como en Singapur, que saca más rendimiento al que atesora el coche. La comparación es abrumadora: Verstappen fue segundo y Pérez, décimo.