La Fórmula 1 llega al paréntesis veraniego con algunas dudas por resolver. Poco a poco se van aclarando incógnitas, como el fichaje de Carlos Sainz por Willliams. Pero queda por comprobar si Max Verstappen será capaz de ganar el cuarto título consecutivo. Quedan diez de las veinticuatro carreras que figuran en el calendario y, a tenor de la bajada de rendimiento en Red Bull, puede pasar cualquier cosa.

Se afronta ahora un largo parón para regresar en Zandvoort, en casa de Verstappen, que será el escenario del GP de los Países Bajos, del 23 al 25 de agosto. George Russell tendrá tiempo para superar la decepción de ver cómo le descalificaban después de la carrera –el coche no alcanzó el peso mínimo permitido- y le dejaban sin su segunda victoria del año, un triunfo que al final fue para Lewis Hamilton, quien sumó el undécimo podio en Spa desde que debutó en 2007. Por otro lado, fue el cuarto podio de Hamilton en los últimos cinco Grandes Premios, destacando que no fue capaz de subir al podio en las primeras nueve carreras del año.

Carlos Sainz, con Williams

El futuro de Carlos Sainz ha centrado la atención en los últimos meses. Es público y notorio que Audi, Williams y Alpine le habían hecho una oferta, pero el madrileño quería optar al mejor coche disponible. Red Bull y Mercedes podían tener un hueco aún para él –Sergio Pérez está en horas bajas y Kimi Antonelli no ofrecía máximas garantías- y estaba dispuesto a esperar hasta el último momento por si los astros se juntaban en su favor.

Fue un palo que el fichaje de Lewis Hamilton le cerrara las puertas de la Scuderia Ferrari, pero se resiste, no baja la guardia y, sobre todo, sigue creyendo en sus posibilidades. Es quinto en el campeonato tras haberse perdido una carrera –Arabia Saudita- por haber sido operado de apendicitis. Carlos ganó en Australia y ha sumado otros cuatro podios –Bahrein, Japón, Mónaco y Austria- con un coche tremendamente irregular.

Sainz tenía la llave del mercado, con muchos pilotos que esperaban su decisión. El piloto español prioriza tener un coche competitivo y, de no poderlo tener ahora, prefiere un contrato corto a uno largo, que le permita cambiar de aires si le saliera una opción competitiva para el 2026.

Carlos Sainz finalmente se ha decantado por el equipo Williams, con quienes ha firmado un contrato por varias temporadas, que incluirá la 2026, cuando la Fórmula 1 estrene nuevo reglamento técnico y de motores. En el acuerdo, sin embargo, hay algunas clausulas que le permite cambiar de aires si encuentra una opción mejor y los resultados no son los esperados.

James Vowles, director de Williams, aseguró en Spa que se veían con más opciones que nunca de fichar al piloto español, valorando que tenían “más de un 50% de probabilidades”. No se ha confirmado hasta qué año ha firmado Sainz con Williams, pero el anuncio que ha hecho el equipo de Grove dice que “para 2025, 2026 y más allá”.

Carlos Sainz será el segundo piloto español que corra con Williams, después de que Marc Gené disputara con ellos sus últimas carreras en la F1, tres, en 2004. El compañero de Sainz en Williams será Alexander Albon, que lleva ya tres temporadas en la escudería y que el pasado mayo renovó también por varios años.

Verstappen nada a contracorriente

La victoria de Hamilton, acompañado en el podio por Oscar Piastri y Charles Leclerc, permitió a Max Verstappen ‘salvar los muebles’. El neerlandés, que ganó siete de las diez primeras carreras, ha visto como la alarmante caída de rendimiento del Red Bull y la inestabilidad dentro del equipo de Milton Keynes, le pusieran muchos obstáculos en su camino por conseguir el cuarto título consecutivo.

Todos tenemos claro que Red Bull ha perdido la superioridad que ha tenido las últimas temporadas. McLaren, hoy, tiene el coche más rápido, constante y fiable, mientras que Mercedes está subiendo a pasos agigantados. En Ferrari, como siempre, están sumidos en un increíble ‘up&down’, es decir, una de cal y otra de arena. Nunca sabes su rendimiento a priori. Es desesperante.

Pero, aunque puede parecer una metáfora y una frase hecha, está claro que quien marca las diferencias es Max Verstappen. Se ha ido de vacaciones con 78 puntos de ventaja sobre Lando Norris (277 a 199), limitando los daños de una forma espectacular. En Spa, donde salió undécimo –cedió diez posiciones en la parrilla por cambiar la unidad de potencia- acabó cuarto, justo delante de su rival, quien arrancó cuarto y acabó quinto. Norris y McLaren están desperdiciando muchas ‘balas’ y ello es fácil que lo lamenten al final. Verstappen, por el contrario, parece que saca petróleo de su coche en un momento de gran debilidad.