Cuando hablamos de automóviles, uno de los puntos más importantes que hay que tener en cuenta –y al que casi nadie le presta la atención que debería- es el de la seguridad, ya que cada vez que nos subimos a un vehículo asumimos cierto riesgo –pequeño, pero riesgo, al fin y al cabo-. Es por eso que no se pueden minusvalorar los elementos que sirven para mejorar y potenciar la seguridad de un coche.
Uno de los elementos que juegan un papel fundamental en la seguridad de los vehículos son los neumáticos. Por si fuera poco, también son indispensables para que los coches puedan circular sobre el asfalto. Las ruedas son el punto de contacto entre coche y carretera, y sin ellas de poco serviría el mejor coche. Es curioso que, dada la importancia que tienen en el funcionamiento y en la seguridad de los vehículos, no se las tenga demasiado en cuenta y que haya muchas personas que piensen que cualquier rueda sirve porque “son todas iguales”.
Cómo conservar los neumáticos
La teoría dice que hay que cambiar los neumáticos cada 40.000 o 50.000 kilómetros, y eso suponiendo que las ruedas del coche sean de buena calidad, ya que los neumáticos más baratos, los de menor nivel de fabricación, deben ser sustituidos aproximadamente cada 10.000 kilómetros. Pero esto es solo teoría. Lo ideal es dejar que sea tu mecánico quien realice una inspección y te oriente sobre si es necesario el cambio o no.
Hay varios factores que propician que la vida útil de un neumático pueda ser más larga o más corta. Como conductor, es recomendable que intentes que los neumáticos permanezcan en el mejor estado posible durante el mayor tiempo posible. Aun así, llegará un momento en el que será obligado cambiar las ruedas de tu vehículo, y la razón principal por la que tendrás que hacerlo será por una cuestión de seguridad. Así que, nunca escatimes en la compra de tus neumáticos ni apures los cambios de ruedas; tu integridad física y la de los demás ocupantes del vehículo están en juego, y eso es mucho más importante que ahorrarse el dinero de un juego de neumáticos nuevos, que, además, vas a tener que cambiar igualmente más adelante.
La hora del cambio
Cuando te toque sustituirlos por unos nuevos puedes optar por consultar portales de internet como neumaticoslider.es en los que encontrarás una gran variedad de ruedas al mejor precio: de verano para las altas temperaturas; de invierno para climas gélidos; las polivalentes all seasons; de perfil alto; de perfil bajo; simétricas; asimétricas; direccionales; runflat –antipinchazos-; sin cámara –tubeless-; ecológicas…
Son tantos los diferentes tipos de neumáticos existentes. Ya depende de ti qué gomas vas a utilizar en tu coche, pero no olvides la importancia de esta parte del vehículo.
Consejos básicos
En cualquier caso, aquí van una serie de consejos para que conserves las ruedas de tu coche en buen estado durante más tiempo y puedas retrasar el cambio sin poner en riesgo tu seguridad:
• Evita las frenadas bruscas: los frenazos agresivos desgastan las gomas por el rozamiento excesivo con la calzada, de hecho, estas frenadas, como las propias de los derrapes, suelen dejar una huella de caucho en la carretera. Seguro que has visto más de una alguna vez. Aprende a frenar correctamente, tus neumáticos te lo agradecerán.
• Optimiza la conducción: más allá de evitar los frenazos, conducir de manera canónica ayuda a que tus ruedas sean útiles por más tiempo. La manera en la que trazas las curvas, cómo utilizas el cambio de marchas, el embrague, etc… todo contribuye en la conservación de las gomas.
• No superes el límite de velocidad: circular por las autovías a gran velocidad es, además de un peligro para tu salud y la de los demás, una manera de desgastar más rápido tus neumáticos.
• No superes el límite de carga permitida: tu coche puede llevar un peso concreto como máximo. Nunca excedas ese peso permitido.
• Comprueba la presión: dependiendo del vehículo que conduzcas y de los neumáticos que lleves, tus ruedas deberán tener una determinada presión. Asegúrate de que la presión es la correcta; evitarás sorpresas desagradables.
• Dirección alineada: una dirección que no esté bien calibrada provocará un mayor desgaste en tus neumáticos y una conducción más molesta, menos segura y menos cómoda.
• Mantén los amortiguadores en buen estado: los amortiguadores son piezas que se van deteriorando poco a poco, tan poco a poco que puede que nos lleguemos a acostumbrar de manera inconsciente a una amortiguación cada vez más deficiente. Una buena amortiguación es necesaria para que tu cuerpo no sufra al desplazarte en coche y para alargar la vida de tus neumáticos.
• Gira las ruedas en movimiento al aparcar: las gomas sufren mucho más al girar si el coche está parado, que si está en movimiento. Por eso, cuando aparques, gira el volante mientras el coche está en movimiento, aunque sea un movimiento leve, casi imperceptible.
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