Uno de los handicaps de la nueva movilidad eléctrica es, sin duda, su elevado precio en comparación con los vehículos de combustión interna. A la espera de que se abaraten las baterías, hay que buscar las oportunidades en el mercado emergente, como la de las nuevas motos eléctricas de la marca china Yadea. Desde este mes de noviembre se ha hecho realidad el desembarco de unas motos que se venden a partir de 2.550 euros. Hemos sometido a prueba estos vehículos eléctricos asequibles que quieren tener un papel protagonista en la movilidad sostenible.

La cita para la prueba fue Zaragoza, una ciudad pionera en políticas para pacificar el tráfico y con el objetivo de lograr las emisiones cero en 2030. Un a parte importante de esas políticas con el impulso al uso de las motos eléctricas con cargadores específicos, áreas de estacionamiento y carriles solo para vehículos de dos ruedas. Nos hemos movido en ese entorno probando varios modelos de Yadea, pero especialmente el G5S.

Gama de motos eléctricas de Yadea / TF

Potencia suficiente

Se trata de una motocicleta que se acerca a las características de una moto de 125 centímetros cúbicos con motor de gasolina. Como la mayoría de la gama de seis modelos de la marcha china que se comercializan en España dispone de dos modos de conducción. El primero o Eco tiene la velocidad limitada de tal manera que puede alcanzar unos 45 km/h. En el modo 2 o Sport podemos pasar de ese límite y llegar a una velocidad máxima de 80 km/h. Una vez dominados los dos modos para adaptarnos a las circunstancias de cada vía, disponemos de potencia suficiente para circular de forma confortable

Evidentemente, nuestro estilo de conducción influirá de forma directa en la duración de las baterías y, por tanto, en la autonomía real que siempre suele ser un poco inferior a la homologada, que en el modelo G5S es de 91 kilómetros. El director general de Yadea España y directivo del importador Human Mobility, Carlos Wang, sostiene que hay poca diferencia entre la autonomía homologada y la real gracias a la concienzudas pruebas de certificación. No recorrimos kilómetros suficientes para comprobarlo, pero sí es cierto que hemos podido ver que el consumo es moderado, con una media homologada de 42 Wh/km, lo que da una cifra de 4,2 kWh a los 100 kilómetros para compararlo con los coches eléctricos, que suelen registrar de 15 a 20.

Motos eléctricas de la marcha china Yadea

Diseño de Yadea

La conducción de esta scooter eléctrica es fácil e intuitiva hasta para un usuario muy poco motero como yo. Se agradece la estabilidad en todas las circunstancias, especialmente en los giros y también su ligereza, tanto en movimiento como parada. La mecánica más liviana de los vehículos eléctricos contribuye a aligerar esta moto, que dispone de un motor central más pequeño que uno de combustión con una potencia de 4.100 W. Su respuesta a la aceleración es rápida aunque sin ser explosiva, pero es conveniente familiarizarse con la entrega de potencia, que es más directa que en una moto similar de combustión.   

El modelo en el centramos la prueba, el Yadea G5S, es la principal apuesta de la marca para conquistar el mercado emergente de la electromovilidad de dos ruedas. Su diseño se caracteriza por ser compacto, hasta el punto que puede parecer un ciclomotor. Estas motos producidas en las siete plantas que tiene Yadea en China tienen una estética europea pero sin estridencias ni florituras. A su favor cuenta con la inclusión de detalles como el respaldo de serie y la conexión USB.

Gama de motos eléctricas de Yadea

Pros y contras de Yadea G5S

Aunque la gama con la que Yadea ha entrado en España arranca en un precio de 2.550 euros incluyendo el seguro para el ciclomotor T9L Plus, el modelo probado se vende por 4.190 euros, una cantidad que se aleja de las motocicletas de combustión más baratas pero que se reducen en hasta 1.300 euros con la ayuda pública del Moves 3.

Probablemente, los usuarios encontrarán que el sistema de baterías y de recarga puede ser un tanto pesado. Como otras motos eléctricas, las nuevas Yadea no se enchufan directamente, ya que es la batería la que se enchufa. Se puede recargar dentro del cofre bajo el asiento, que queda prácticamente sin espacio cuando están ajustadas en su sitio, o bien fuera después de extraerlas. En estas baterías, que son como lingotes, no hay ruedas para transportarlas, solo un asa aunque pesan 11,2 kilos cada una. Al acabar su carga al 100% en cuatro horas, hay que volver a encajarlas en su espacio.