La idea del intercambio de baterías con la que empezó la movilidad eléctrica pero que cayó en desgracia vuelve adaptada a un nuevo formato y al mercado de las motos. Silence ha recuperado un sistema que mejora la experiencia de la recarga y que abarata el precio de compra a cambio del pago de una suscripción mensual. ¿Triunfará este nuevo formato? Silence está convencida de su potencial para impulsar el despegue de los usuarios de sus motos eléctricas en grandes ciudades.
El intercambio de baterías no es nuevo, pero Silence lo ha adaptado a las dos ruedas con un sistema que denomina Battery as a Service (BaaS), El servicio cuesta un mínimo de 15 euros al mes que incluye dos intercambios de baterías peviamente cargadas en cada periodo. Las baterías adicionales tienen un sobrecoste de cinco euros. Con cada batería, el modelo Silence S01 puede recorrrer 100 kilómetros reales, según la marca.
Evitar seis horas de carga
Una de las ventajas sustanciales del alquiler mensual de la batería es que el precio de compra pasa de 6.000 euros a 3.800, a los que hay que sumar esos 15 euros al mes como mínimo, es decir, 180 euros al año. Esos 3.800 euros sitúan el precio de la moto eléctrica por debajo de algunas competidoras equiparables de gasolina de 125cc, con lo que Carlos Sotelo, fundador y consejero delegado de Silence, confía en atraer a más usuarios hacia la movilidad eléctrica.
Otra ventaja del intercambio de baterías consiste en olvidarse de la carga, que tarda unas seis horas enchufando a una toma de corriente normal. La alternativa es llegar a una de las estaciones de intercambio de Silence, identificarse, extraer la batería gastada y sustituirla por otra cargada. Apenas unos minutos para disponer de 100 kilómetros de autonomía.
"Es el futuro de la movilidad en las ciudades", ha indicado Carlos Sotelo en la presentación del nuevo sistema y modelo de negocio de Silence en su sede central en el Eixample de Barcelona. La empresa prevé acabar este año con una cifra de cinco a 10 estaciones de intercambio en puntos de venta y gasolineras en Barcelona y Madrid.
Precedentes de intercambio de baterías
De momento, el nuevo servicio arranca con 60 usuarios que ejercerán de conejillos de indias para la puesta en marcha de la alternativa a la compra de la moto con la batería, el componente más caro de los nuevos vehículos eléctricos.
Silence recupera la idea que tuvo Renault al inicio de los vehículos eléctricos con una prueba de intercambio de baterías en Israel que acabó en agua de borrajas al imponerse la compra en el mercado. Sin embargo, la marca socia de la alianza Nissan mantuvo la posibilidad de alquilar la batería, aunque sin intercambio, con el fin de abaratar el precio de compra.
Pero Silence no está sola en el intercambio y alquiler de baterías. La marca china NIO basa su modelo de negocio en la oferta a los usuarios de un sistema que reemplaza la bateria usada por una al 100% de carga en tan solo unos minutos en uns estaciones robotizadas para el cambio. Asimismo, el fabricante de motos Kymco ha puesto en marcha un sistema similar de intercambio y alquiler de baterías en Taiwán.