El fabricante sueco Volvo ha anunciado hoy que ha empezado un proceso de transición para ir abandonando las versiones con motor diésel. El primer modelo en el que aplica esa estrategia es el nuevo S60. El grupo sueco prevé que a partir de 2019 todos sus modelos en el mercado sean híbridos o bien 100% eléctricos, pero sin versiones de gasóleo. La compañía recuerda que tomó esta decisión estratégica en 2017, por lo que se anticipó a otras marcas que ahora van en la misma dirección. La presión sobre el diésel de grandes ciudades y otras administraciones con el fin de reducir la contaminación está provocando un vuelco en el mercado, donde la gasolina ha vuelto a superar al gasóleo después de años de dominio.
"El futuro de Volvo es eléctrico"
"Nuestro futuro es eléctrico y no vamos a desarrollar una nueva generación de motores diésel", ha indicado, a través de un comunicado, Hakan Samuelsson, presidente y consejero delegado de Volvo Cars. La pretensión de la marca es que los coches exclusivamente eléctricos supongan la mitad de todas sus ventas en el año 2025 con un papel importante en China, el primer mercado mundial de vehículos propulsados por baterías.
Producción del Volvo S60 en EEUU
La producción de la nueva berlina S60 de Volvo empezará este otoño en la planta del grupo en Charleston (Carolina del Sur, Estados Unidos) y se convertirá en la única fábrica para el nuevo modelo. Inicialmente se pondrá a la venta con motores de gasolina y dos versiones híbridas enchufables.
Nissan, Toyota y Suzuki matan el diésel
Poco antes del anuncio de Volvo, las marcas asiáticas Nissan, Toyota y Suzuki también había manifestado su intención de poner fin a sus modelos diésel en un plazo inmediato o en unos años.