Volvo ha cumplido con el anuncio que hizo en 2023 de finiquitar su oferta de vehículos diésel a principios de 2024. La fecha elegida para producir el último Volvo con motor diésel ha sido el martes 26 de marzo. Fue un Volvo XC90, su buque insignia, que se destinará al museo de Volvo como el último ejemplar de una especie que dominaba el mercado de Europa hace solo 10 años. 

El último Volvo diésel salió de la línea de montaje de la planta de la marca en Torslanda (Gotemburgo), en Suecia, su país de origen. Pone fin a una historia de 45 años de producción de vehículos diésel por parte de una marca que precisamente sacó provecho de sus motores de gasóleo frente a otros competidores. 

Los diésel de Volvo, de 1979 a 2024

"En 1979, nuestro primer automóvil diésel salió de la línea de producción, ahora, 45 años después, vemos cómo el último hace lo mismo", explicó Volvo Cars a través de su cuenta de Linkedin. La planta de Gotembrugo sigue los pasos de otras factorías de Volvo que han ido abandonando la producción de modelos con la motorización diésel. A principios de febrero también hizo lo mismo la fábrica de Gante (Bélgica) con el último modelo V60 propulsado por gasóleo.

"Estos eventos marcan un gran hito en los 97 años de historia de nuestra empresa. Con este movimiento, estamos dando un paso de gigante hacia nuestras ambiciones de convertirnos en un fabricante de automóviles totalmente eléctricos, así como de lograr cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2040", indicó Volvo Cars, una marca controlada por la firma china Geely.

Gasolina e híbridos hasta 2030

Aunque los diésel ya han abandonado las líneas de montaje y, por tanto, la oferta comercial de Volvo en lo que califica del "final de una era", la marca ha advertido de que seguirá fabricando y vendiendo modelos con motor de gasolina y con versiones híbridas enchufables y de hibridación suave para crear "un puente hacia el futuro". Volvo tiene previsto vender únicamente modelos eléctricos a partir de 2030, cinco años antes de la fecha aprobada por la Unión Europea.

"Estamos bastante seguros de que tenemos muy buenas ofertas para los clientes incluso sin el diésel", afirmó en una entrevista con Bloomberg Erik Severinson, responsable de Volvo Car de vehículos nuevos y estrategia de operaciones.

De hecho, el diésel supone ahora el 12,9% de las matriculaciones de vehículos nuevos en Europa, casi el mismo porcentaje que los eléctricos puros. El diésel alcanzó la mitad de las ventas de coches nuevos en Europa hace unos 10 años y, desde entonces, ha ido perdiendo cuota hasta que se desplomó después del escándalo del dieselgate que afectó a Volkswagen pero que acabó de estigmatizar el gasóleo.