Hoy os traigo a ARCmotor y a Coche Global la prueba a fondo del Volkswagen T-Cross, el SUV pequeño de la marca fabricado en Navarra. Como siempre os comento en el canal, los SUV están de moda y por eso todas las marcas traen a su catálogo este tipo de vehículos. Los gigantes como Volkswagen además se recrean y añaden a su gama modelos en cada uno de los segmentos y por si no fuera poco añaden variaciones de carrocerías en ellos, incluso una cabrio, y hacen también versiones camperas de los turismos familiares en sus acabados Alltrack. En este caso tenemos disponibles el Touareg, el Tiguan en carrocería normal y Allspace, el T-Roc ( normal, cabrio y deportivo con el acabado "R" ) y el T-Cross, el más pequeño de ellos.

Los datos del Volkswagen T-Cross

Precisamente este es el que os traemos hoy, el más pequeño de la familia. Hace 4,11 metros de largo, 12 menos que el siguiente escalón de la gama, el T-Roc y va montado sobre la plataforma modular del grupo VAG, en este caso sobre la variante MQB-A0, la misma que montan el Polo o el Ibiza por ejemplo. El hecho de que vaya montado sobre esta plataforma implica que tenemos que renunciar a dos características: la primera a la tracción integral y la segunda a la suspensión trasera multibrazo. En la práctica y en el día a día, siempre que no se le exijan requerimientos extremos no sera un problema en absoluto.

Cómo es el exterior

Como os comentaba, este T-Cross hace 4,11 metros de largo. No parece demasiado, pero consigue un buen compromiso de espacio interior con unas proporciones muy cuidadas. Tiene un diseño muy estudiado, especialmente en las líneas de tensión del frontal, que hacen una especie de circuito, y del lateral, que cruzan todo el coche. Esta última tiene inicio en la iluminación y finaliza en la aleta, en una especie de boomerang que en este caso contiene la plaquita de R-Line. Y sí, esta unidad monta el pack R-Line que incluye parachoques y taloneras específicos pintados del color de la carrocería, logos R-Line en la parrilla específica y en los laterales y llantas de 18 pulgadas ( aunque para el R-Line también están disponibles de 17 ). En los acabados inferiores desaparecen algunos cromados, se reduce el tamaño de las llantas y aparecen algunas zonas de plástico negro. En este caso monta iluminación full LED delantera y trasera aunque también podemos encontrar iluminación halógena tanto delante como atrás en los acabados más sencillos. 

Cómo es el interior

Podemos considerar el Volkswagen T-Cross como la versión SUV del Polo y seguramente donde más claramente lo vemos es en el interior. Salvo detallitos como por ejemplo la forma de los aireadores es exactamente igual que el del Polo, incluyendo los materiales. Tal y como os comenté cuando probé el Polo me parece que en este caso Volkswagen abusa de los plásticos duros. De acuerdo que es un coche del segmento B pero algunos de sus competidores, por menos precio, colocan materiales blandos en lugares estratégicos de las puertas o el salpicadero que le dan un toque que en este caso el T-Cross no tiene. 

Esta sensación "plasticosa" se compensa con otro tipo de detalles como por ejemplo el cockpit digital, que unido a la pantalla central de 8 pulgadas le da un aspecto muy moderno y sofisticado. En este caso la pantalla central está en una posición elevada, por encima de los aireadores, como debe ser. Aunque esta unidad equipaba navegador, los mapas solo pueden verse en una de las pantallas y no en las dos a la vez como sí ocurre en las versiones de infoentretenimiento más potentes. 

En este T-Cross, cuando montamos una caja de cambios DSG, el selector de la marcha engranada, para que me entendáis la lucecita que anuncia la posición seleccionada, lo encontramos en la parte superior de la propia palanca y no en un lateral de la base de la palanca como suele ser habitual en la marca. Es la primera vez que veo esta característica en la marca.

Acabado R-Line

El resto de botoneras, como la de la iluminación y la de la climatización, y menús no tiene demasiado secreto y es el mismo que ya conocemos y que venimos viendo por parte de los alemanes.
¿Características específicas de este R-line? El volante de nueva factura de la marca con el logo R-line, los asientos específicos con toques de alcántara y los logos "R" bordados, el techo negro, los pedales metálicos ( pero no el reposapiés ) y las molduras de acceso en las puertas en aluminio con el logo R-Line. Para mí el toque real de este pack R-Line esta más en el exterior, donde sí se nota un cambio real con respecto a una versión que no lo monta, pero no tengo esa misma sensación en el interior. 

Este T-Cross tiene un par de toques de modularidad muy interesantes. El primero es que podemos abatir completamente el asiento con solo estirar de una palanca. De esta manera podemos cargar un objeto desde el maletero al salpicadero con mucha facilidad o porque no, conseguir que el ocupante que va en las plazas traseras estire completamente las piernas o que si va un crío en su sillita, le quede un espació diáfano hasta la luna delantera. 

El segundo toque es que podemos desplazar la banqueta trasera hacia delante y atrás con solo estirar de una palanca y empujarla. Con ello ganamos bastante maletero pero ojo, a cambio de restringir el espacio de las plazas traseras. Por eso, si queremos ganar maletero deberemos tener en cuenta a los que van sentados en el habitáculo. 

Plazas traseras

El espacio para las plazas traseras no es malo pese a ser un segmento B. Hay sitio suficiente para viajar cómodo tanto para las piernas como para la cabeza y el acceso también es bueno. Algo más justo queda la cota de la anchura y por eso dos adultos irán cómodos, pero el tercero hará que la cosa se complique, de la misma manera que si ponemos una sillita, dos adultos tendrán un problema serio. Si desplazamos la banqueta hacia delante para ganarle espacio al maletero el hueco para las piernas se ve reducido de una manera drástica y tendremos que jugar con la posición de los asientos delanteros para conseguir encajar todos los ocupantes. No hay demasiados detalles fuera de un pequeño hueco y dos USB para conectar un dispositivo en estas plazas.

Maletero

En este coche tenemos una capacidad de 385 litros para el maletero, que tiene unas formas muy regulares aunque pocos detalles fuera de una luz de cortesía y unos ganchos para colocar una red. En este caso el coche monta el equipo de audio Beats y no podemos conseguir un doble fondo de la bandeja por estar el subwoofer colocado bajo esta. También tenemos unos clips que nos permiten mantener la bandeja ( que por cierto, tiene una calidad mediocre ) sujeta mientras queda levantada. Como os comentaba antes, si echamos la banqueta hacia adelante podemos llegar a los 445 litros de maletero, pero recordad, penalizando bastante el espacio de los asientos.

Motores

Tenemos varias opciones en gasolina y una en diésel. Dos de las de gasolina vienen con el bloque tricilíndrico de 1.0 litro con potencias de 95 y 115 CV y la tercera, de 150 CV viene con el bloque de 4 cilindros y 1.5 litros. El más potente sí o sí va asociado a la caja de cambios automática DSG y el menos a la manual de 5 relaciones. El más equilibrado para mí, el de 115 CV, tiene disponibles ambas opciones: una manual de 6 relaciones y la DSG automática. En cuando al diésel, una sola opción, la 4 cilindros con 1.6 litros y 95CV, únicamente asociada a la caja de cambios de 5 relaciones. 

Comportamiento

El Volkswagen T-Cross tiene un comportamiento bastante neutro y pese a no poder montar el eje trasero multibrazo sus respuestas son neutras y sólo notarás un comportamiento ligeramente subvirador si le buscas las cosquillas con ahínco. Ni con este pack R-Line la suspensión se muestra rígida, más bien al contrario de manera que he notado una cierta tendencia a que el coche balancee en cambios de apoyo o en curvas rápidas. Pero con las potencias que tiene disponibles este coche, esos tarados son muy adecuados y ayudan a que los trayectos sean cómodos sin que se nos castiguen los riñones. Quizás en coches con este tipo de suspensiones es donde más adecuadas me parecen las suspensiones adaptativas ya que podemos endurecerla ligeramente si queremos subir el ritmo. Por eso me hubiera gustado que este T-Cross hubiera montado una suspensión DCC marca de la casa que le daría un toquecito picante que le sentaría de perlas.

Esta unidad monta el motor que para mí es más equilibrado, el 1.0 de 115CV, en este caso con la caja de cambios DSG. Empiezo por la archiconocida caja de cambios sobre la que no puedo añadir demasiado, símplemente me ha reforzado la sensación de que es magnífica y que tienes que arrancar suave para no dar un tirón cuando la caja se "engancha" al motor. El motor tiene ese sonido tan característico y para mí tan desagradable de los tricilíndricos aunque la vibración se transmite cero al habitáculo. Es cierto que los fabricantes cada vez consiguen que ese sonido vaya quedando más enmascarado pero cuando sube de vueltas casi siempre sigue apareciendo. Lo que sí es algo brusco, tanto al arrancar el coche como al apagarlo, es el sistema start - stop que hace traquetear bastante el conjunto cuando entra en funcionamiento.

La potencia es suficiente en casi todos los casos, y únicamente en situaciones de solicitud alta podemos notar falta de fuerza, como en un adelantamiento ajustado o con carga alta y subidas pronunciadas. El consumo habitual se moverá en torno a los 7 litros, algo por debajo si vamos con cuidado y si hacemos carretera a ritmos constantes podemos conseguir bajar incluso de los 6 litros a los 100.

Precios 

Tenemos 3 acabados disponibles para este T-Cross. Desde abajo el Edition, el intermedio el Advance y arriba del todo el Sport. Si queremos el pack R-Line deberemos pedirlo sobre la base de un Sport y sumarle un sobrecoste de 2200 €. Podemos comprarnos uno desde 19300 € con el acabado Edition y el motor de 95 CV y podemos llegar hasta los 25965 € del motor más potente, el de 150 CV con el acabado Sport, siempre antes de elegir los extras que más nos gusten y de los descuentos de la marca.