Las alarmas se han activado en el Reino Unido. Mientras el Parlamento británico se vuelve a reunir hoy para debatir sobre el Brexit, las ventas de coches cayeron en 2018 por segundo año consecutivo. Las matriculaciones bajaron un 6,8% el año pasado debido a las "turbulencias" del mercado, según la Asociación de Fabricantes y Vendedores de Automóviles del Reino Unido (SMMT).
El ejercicio finalizó con 2,37 millones de turismos matriculados en el mercado británico frente a 2,5 millones de unidades registradas en 2017 y 2,69 millones en el máximo alcanzado en 2016. Las ventas conseguidas en 2018 suponen el nivel más bajo desde 2013, cuando se vendieron 2,26 millones de coches. Con estos datos, el Reino Unido se convierte en el gran mercado de la Unión Europea con una peor evolución en comparación con Alemania, Francia, Italia y España.
"Una caída del 5,5% en diciembre culminó un año turbulento de cambios en los modelos, agitación regulatoria y continuas políticas anti-diésel, lo que se suma a la disminución continua en la confianza de los consumidores y las empresas", advierte la asociación SMMT en un comunicado publicado este lunes 7 de enero.
Descalabro del diésel
Las ventas de coches con motor diésel sufrieron un descalabro de casi el 30% en términos anuales. En diciembre se acumularon 21 meses consecutivos en los que las matriculaciones de vehículos de gasóleo bajan de forma intensa. El alza de las coches de gasolina del 8,7% y de los vehículos de energías alternativas (+20,9%) acapararon una parte de las ventas perdidas del diésel, aunque una gran parte de propietarios de coches de gasóleo ha optado por esperar cómo evoluciona la normativa antes de renovar su vehículo, según el sector de automoción.
La patronal ha hecho un llamamiento a los políticos para que "despierten" a la vista de los datos del mercado en 2018 y pongan en marcha medidas para favorecer la renovación del parque automovilístico y dejen de perseguir a los nuevos coches diésel.