España. como buen país del sur, se ha ganado la fama de rizar el rizo con la abundante y farragosa burocracia. A pesar de la voluntad de todos los gobiernos de simplificar los trámites administrativos y de "facilitar" la vida a los administrados, la inercia del papeleo, aunque sea digital, es muy poderosa como se puede ver en el Plan Moves 3 de ayudas a la movilidad eléctrica. Lo he podido comprobar en primera persona con una solicitud para la que he tenido que esperar un año, cuatro meses y 18 días para cobrar el incentivo público.
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Cuando parecía que la solicitud había sigo engullida por el monstruo de la burocracia, la Generalitat de Cataluña respondió, justo un año después de registrar el expediente, que la subvención había sido aprobada. Fue una grata sorpresa, inesperada a esas alturas. Pero el dinero todavía no había llegado. Al ver la demora en el pago de las ayudas, me puse en lo peor y ya esperaba que el abono tardaría un año más. Pero no ha sido así, el pago se efectuó ¡casi cinco meses después!
Solicitudes en la sala de espera
Queda el consuelo de que durante todo ese tiempo de espera de un año, cuatro meses y 18 días, el punto de carga ha estado en funcionamiento gracias a la financiación avanzada por el interesado. A diferencia de la subvención, los trabajos de instalación de un punto de carga doméstico suelen tardar poco, alrededor de uno o dos meses.
Además, me puedo sentir 'afortunado' puesto que hay otros miles de usuarios que siguen atrapados en la sala de espera de las administraciones con miles de expedientes pendientes de verificar y pagar. Por ejemplo, el Institut Català d'Energia había pagado hasta el día 5 de octubre un total de 7,29 millones de euros en ayudas a la compra de vehículos electrificados (5,35 millones) y para la instalación de puntos de carga (1,94 millones). Es un porcentaje ínfimo de los 196,7 millones otorgados por el Gobierno central para el Moves 3 que gestiona la comunidad catalana.
El Moves, premio a la paciencia
El atasco es monumental con miles de expedientes a la espera de respuesta o de cobrar. En Cataluña había 28.637 solicitudes de ayudas a la electrificación pendientes de la finalización de su tramitación y solo 2.611 solicitantes habían recibido ya el abono del Moves 3. Antes ese panorama, la Generalitat tenía previsto subcontratar una parte de los trámites a una empresa externa para intentar aliviar el embotellamiento sufrido por falta de personal.
Está claro que la gestión del Plan Moves es una de las grandes aisgnaturas pendientes para impulsar la electrificación de la movilidad en España, que avanza más lenta que en otros países europeos. La concepción actual está diseñada para que la ayuda sea algo así como un premio a la paciencia y la perseverancia de los solicitantes, cuando tendría que ser una herramienta para facilitar el acceso a los vehículos eléctricos y los puntos de carga, con lo que los usuarios tendrían que recibir el pago justo en el momento de de la compra o de la instalación y no tener que esperar un año, cuatro meses y 18 días. ¡Mucho ánimo a los pioneros de la electromovilidad!