Hoy estamos con una prueba de un pedazo de coche, un modelo enorme en muchos sentidos: es el BMW XM. En este coche la marca alemana ha querido experimentar y unir varios aspectos de las innovaciones con las que está trabajando últimamente. Por un lado es un coche con carrocería SUV con el lujo propio de una limusina, pero también es la gama deportiva M. Y, además, es un híbrido enchufable. En Coche Global hemos probado, y disfrutado mucho, de este BMW XM, un 'rara avis' en España de origen estadounidense.


Valoración BMW XM: diseño, 6,5; interior, 9; motor, 8,5; conducción, 9; global, 8,25


Hemos podido descubrir lo que ofrece este BMW XM en una ruta que nos llevó desde Barcelona hasta el monasterio de Poblet (Tarragona) y su entorno de viñedos. Cuenta con una batería de casi 30 kW, casi como la que llevaban los primeros coches eléctricos y más o menos la mitad de un eléctrico pequeño actual. Por tanto para ser un híbrido va equipado con una batería muy grande. Además, se caracteriza por tener una deportividad extrema que hemos podido probar con sensaciones como las un piloto a bordo de este coche.

En total tiene 653 caballos gracias a la potencia de un motor de gasolina V8 de más de 489 caballos combinado con un motor eléctrico que le da casi 200 caballos adicionales. Mucha potencia en un coche de grandes dimensiones y además con unos ajustes y unos reglajes muy deportivos que se notan cuando estás al volante. Cuando la batería de casi 30 kW está cargada, permite que el consumo y las emisiones sean realmente muy bajos, de alrededor de 2 litros a los 100 kilómetros en modo híbrido. Y, por supuesto, hace gala de su etiqueta Cero si preferimos circular en modo 100% eléctrico. 

BMW XM en la prueba de Coche Global / HELENA FUENTES

Pesado pero ágil

Las dimensiones y las prestaciones de este BMW XM son realmente espectaculares. Por un lado tenemos un coche deportivo con un arquitectura SUV de unos 2.700 kg de peso. Por tanto muy voluminoso pero al mismo tiempo con una aceleración prodigiosa de menos de 5 segundos de 0 a 100 km/h para un vehículo que mide más de cinco metros de largo con un diseño muy peculiar y muy tecnológico en algunos detalles como la iluminación de la parrilla frontal. No deja a nadie sin fijarse en este coche porque llama muchísimo la atención por los detalles de alta tecnología que tiene y combinado con unas prestaciones en su interior en cuanto a comodidad y confort que son propias de una gran limusina. 

Este coche se fabrica en Estados Unidos y está muy pensado para el mercado de Estados Unidos y otros mercados donde estos grandes todocaminos actúan de limusinas. En el interior la comodidad es absoluta, tiene un confort total en las plazas traseras, mientras que en los asientos delanteros vivimos más la deportividad. La parte trasera es como un gran salón donde es posible hacer viajes largos con mucha comodidad a pesar de que este coche tiene unos reglajes muy deportivos con una suspensión realmente dura pero que no es incómoda y además ofrece una insonorización espectacular. 

También es espectacular la sonoridad de este coche con un sonido buscado que refuerza la deportividad con algunos efectos sonoros que llevan el sello de Hans Zimmer, el compositor de bandas sonoras de películas como Dune, Interstellar, Rush, Gladiator o El Rey León. Ahora también BMW XM.

Limusina de estilo americano

El gran y potente XM está repleto de detalles que muestran su clase. Por ejemplo un grabado en la luna con el símbolo típico de BMW, unos faros tecnológicos y futuristas, unos tubos de escape dobles... Es un coche que está cuidado al más mínimo detalle, de ahí también su precio que parte de un mínimo de unos 180.000 euros que va subiendo en función de los paquetes que le vamos añadiendo y que también una versión más extrema todavía que supera los 700 caballos, la BMW XM Red Label.

Interior del BMW XM

En el interior del BMW XM todo son detalles de lujo y de deportividad: acabados de piel de exquisita calidad, cromados en toda la botonería, un sistema de sonido espectacular y en el volante unos controles propios de un deportivo para activar los modos deportivo y extremo de circuito que desactiva el estabilizador y los reglajes se preparan para una conducción más desnuda y salvaje. 

La conclusión de la prueba del BMW XM es que si yo fuera el CEO de una gran empresa o un ministro, quizá me pediría esta limusina pero no con chófer, sino para conducirla yo mismo.