Un problema en la suspensión de algunos modelos le puede costar caro a Tesla. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de EEUU (NHTSA) ha anunciado la apertura de una investigación formal sobre unos 115.000 vehículos de Tesla por un problema de seguridad de la suspensión delantera que ha motivado una demanda de afectados.
La investigación preliminar afecta al Tesla Model S fabricado entre los años 2015 y 2017 y al Model X de 2016 a 2017. El origen del expediente abierto por la NHTSA se encuentra en 43 quejas que alegaban fallos en la suspensión delantera. El 20 de noviembre se presentó una demanda colectiva contra Tesla en el Tribunal de Distrito de los EEUU denunciando el problema que sufren los turismos.
Tesla emitió en febrero de 2017 un boletín de servicio que describe una condición de fabricación que puede fallos en el enlace de la suspensión delantera, según anunció la NHTSA. El boletín de servicio de 2017 decía que algunos vehículos tienen “enlaces delanteros que pueden no cumplir con las especificaciones de resistencia de Tesla. En caso de fallo del enlace, el conductor aún puede mantener el control del vehículo, pero la llanta puede entrar en contacto con el revestimiento del paso de la rueda", según publica la agencia Reuters.
Negativa a una llamada a revisión
La NHTSA dijo que 32 quejas involucraban fallos que ocurrieron durante maniobras de estacionamiento a baja velocidad, mientras que 11 ocurrieron mientras se conducía. Otras ocho quejas también pueden involucrar el mismo problema, agregó NHTSA.
Sin embargo, Tesla respondió a la NHTSA que no creía que hubiera ningún defecto en la suspensión y dijo que no se necesitaba una llamada a revisión al calificar el problema como "extremadamente raro" y que no tenía conocimiento de choques, lesiones o muertes relacionados en todo el mundo.