La electrificación del mercado automovilístico sigue avanzando, y más ahora con las ayudas públicas en España y otros países para los compradores. Sin embargo, el mercado presenta grandes diferencias entre marcas en el camino de la electrificación de su gama de vehículos. Desde Tesla, que vende un 100% de turismos eléctricos, hasta Citroën, con solo un 0,4%, hay un largo recorrido entre las primeras y las últimas marcas en la electrificación.

Las ventas de coches eléctricos han vuelto a subir con incrementos importantes tras el parón de la actividad económica y del mercado por la pandemia de coronavirus. En España, las matriculaciones de turismos 100% eléctricos y sin emisiones subieron un 81,3% en julio. Los híbridos enchufables crecieron un espectacular 369,8% en relacion con el mismo mes de 2019. Pero estos porcentajes de mejora tienen un reparto muy desigual entre marcas, según un estudio de la consultora Jato que analiza el porcentaje de electrificación en las ventas de cada fabricante de vehículos.

Está claro que en el primer puesto del podio se encuentra Tesla, que juega en otra liga al ser una marca que vende únicamente vehículos eléctricos como premisa de su consejero delegado, Elon Musk. Pero en segunda posición encontramos a Smart, una marca que nació al abrigo del grupo Daimler únicamente con motores de combustión interna y que transformado su oferta hasta llegar casi al 100% de vehículos electrificados. 

A partir de aquí encontramos Lexus y Toyota, que también juegan en una liga a su medida puesto que comercializan más del 95% de sus vehículos en el caso de la primera marca y casi el 65% en el grupo matriz japonés gracias a sus híbridos no enchufables que llevan años en el mercado.

Objetivo de reducción lejano

La lista de las marcas con unas ventas con más vehículos electrificados continúa con Suzuki, que llega casi al 55%, y Subaru, con más del 40%. A partir de esa posición en el ranking, los porcentajes de electrificación en las matriculaciones comienzan a reducirse de forma drástica. Volvo cuenta con casi un 35%, DS alrededor de un 32% y Porsche ligeramente por debajo.

En ese punto de la tabla encontramos otro salto hasta niveles entre el 20% y el 25% de las ventas para Mitsubishi, Honda, Hyundai, Kia e Infiniti. Con menos del 15% encontramos a BMW, Mercedes, Ford, Bentley, Mini y Nissan. En esta última marca, las ventas de su modelo eléctrico Leaf siguen siendo testimoniales en comparación con las de su superventas Qashqai con motor térmico. Cierran la clasificación como las marcas con unas matriculaciones menos electrificadas Citroën, Seat (alrededor del 2%) y Lancia. 

Los datos del estudio de jato se refieren a las ventas en 2019 y pueden cambiar con rapidez con el lanzamiento de nuevos modelos híbridos y eléctricos de la mayoría de las marcas, que necesitan reducir sus niveles de emisiones hasta legar al objetivo de 95 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, una cifra que parece imposible teniendo en cuenta que se parte de 122 gramos en 2019 y que la previsión es que el sector llegue a una media de 118,5 gramos en 2021.

Menos peso y menos SUV

La electrificación es un factor importante a la hora de lograr esa reducción de las emisiones de los vehículos vendidos, aunque no es el único, según Jato, que recuerda la importancia de aligerar el peso de los turismos y depender menos de los SUV, que son más pesados y menos eficientes.

"Las marcas que trabajan en estas estrategias podrán acercarse a los objetivos difíciles que se avecinan. Sin embargo, la hibridación no será suficiente a largo plazo y se necesitan más coches de cero emisiones para reducir notablemente los niveles de emisiones. La mayoría de las mejoras observadas en 2019 fueron realizadas por marcas cuyas ventas registraron el mayor aumento de registros de vehículos eléctricos, con sólo unas pocas excepciones", advierte Jato.

Una de esas excepciones es Citroën, que en 2019 registró unas emisiones medias de 106,5 gramos gracias a que un 49% de sus matriculaciones fueron coches pequeños y a que la marca está fuera de los segmentos mñas deportivos y con motorizaciones más potentes. "Significa que los actores de la automoción pueden mantener sus emisiones bajas jugando en segmentos de menor valor. Sin embargo, una vez más es probable que sea insostenible en los próximos años", alerta el estudio elaborado por el analista Felipe Muñoz.