La expectativa de la próxima llegada de las vacunas contra el coronavirus a la población también ha dado alas al petróleo. Después de caer a mínimos históricos durante la pandemia, la cotización del petróleo Brent se ha recuperado y ha marcado su nivel máximo desde marzo.
El precio del barril de petróleo Brent para entrega en enero terminó el martes en el mercado de futuros de Londres en 47,85 dólares, un 3,80% más que al finalizar la sesión anterior, en una jornada en la que tocó máximos no vistos desde marzo. El crudo del mar del Norte, de referencia en Europa, concluyó la jornada en el International Exchange Futures con un incremento de 1,75 dólares respecto a la última negociación, cuando cerró en 46,10 dólares.
El optimismo sobre las vacunas contra el coronavirus y la expectativa de que estas permitan eliminar restricciones en los próximos meses continuó impulsando la cotización del petróleo. El mercado anticipa que la demanda de crudo, que se ha visto golpeada en los últimos meses, puede recuperarse si retrocede la virulencia de la pandemia.
Ajustar la sobreproducción
Al mismo tiempo, las especulaciones que apuntan a que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios (OPEP+) extenderán más allá de este año sus recortes conjuntos de producción espolean asimismo las negociaciones del precio del crudo.
Con esa hoja de ruta, el grupo liderado por Arabia Saudí y otros grandes productores, como Rusia, esperan estrechar la brecha entre la oferta y la demanda y respaldar así la cotización del petróleo.
El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) cerró este martes con una fuerte subida del 4,3 % y se situó en 44,91 dólares el barril. Al final de las operaciones en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos de futuros del WTI para entrega en enero sumaron 1,85 centavos respecto a la sesión anterior.
El Texas logró su precio más alto desde el 6 de marzo, justo antes de que estallara la crisis del coronavirus, coincidiendo con la llegada de datos positivos de eficacia de las vacunas desarrolladas por las farmacéuticas AstraZeneca, Pfizer y Moderna.