En 1936 Fiat motorizó a los italianos con un pequeño automóvil de dos plazas y 3,2 metros de largo que alcanzaba los 85 km/h con un motor de 13 caballos. Fue el primer modelo que se fabricó en la nueva planta del Lingotto en Turín siguiendo los modernos métodos de producción en cadena importados desde la Ford de Detroit. Se fabricó hasta 1955 y aunque su nombre era 500 (no confundir con el posterior de 4 plazas) los italianos lo llamaron Topolino (ratoncito) nombre que se utilizan también para llamar a Mickey Mouse.

Con semejante campaña de márketing ya hecha estaba claro que había que recuperar el nombre y se ha hecho con el modelo Fiat Topolino, que podría recordar al original. El hecho de que el Citroën Ami fuese un éxito en el país trasalpino por su facilidad para circular por las angostas calles de algunos cascos históricos animó a los directivos de Fiat, que dirige Olivier François, a lanzar una versión propia, un poco más coqueta y sofisticada. Por ejemplo, los faros delanteros y traseros son diferentes, tiene un color exterior verde agua muy llamativo, el único que va a tener, y algunos accesorios curiosos como un maletero en la parte trasera que le da un toque vintage o incluso una versión más playera sin puertas laterales que se sustituyen por una soga y con techo de lona. Esa versión se llama Dolcevita

Conflicto en Italia

El nuevo Topolino, ahora 100% eléctrico, se presentó en julio de 2023 en Turín, al mismo tiempo que el Fiat 600, y la verdad es que despertó bastante interés. Retrasos en la producción han llevado su lanzamiento a esta primavera y en Italia empezó ya con polémica cuando las primeras 100 unidades fueron bloqueadas en mayo en el puerto de Livorno por la policía aduanera italiana por llevar en un costado una pegatina de la bandera de Italia. Este coche, como el Ami y la versión de Opel, Rock, se fabrica en Marruecos. Para evitar conflictos Fiat ha eliminado la pegatina en Italia y en todos los mercados. 

Interior del Fiat Topolino / A.M.

Ahora el nuevo Topolino acaba de llegar a España. Es el primer modelo que presenta el nuevo responsable de Fiat Ibérica (España y Portugal), el portugués Artur Fernandes, que en abril sustituyó a Alejandro Noriega, ahora responsable de Opel. Para Fernandes este modelo tiene que ayudar al “posicionamiento de Fiat como marca sencilla y accesible, cada vez más eléctrica y dirigida a la movilidad urbana”. Su misión es captar nuevos clientes porque, al tratarse de un cuadricilco, se puede conducir desde los 15 años con una autorización. Pero no puede circular por autopistas o autovías. Por ejemplo, en Madrid no puede ir al aeropuerto.

Con este nuevo modelo, Fiat quiere captar estudiantes universitarios sin carnet que más tarde pasen a ser clientes de la marca. El Topolino es el primero de una serie de nuevos productos que prepara Fiat, como el nuevo Panda del que se acaban de abrir pedidos en Europa. El Grande Panda que llega a finales de año y en 2026 un SUV y un fastback o SUV coupé.

Fiat Topolino desde 9.890 euros

El Fiat Topolino tiene un único precio para sus dos versiones, estándar y Dolcevita, aunque esta ultima llegará un poco más tarde, 9.890 euros o 54 euros al mes con una entrada de 2.999 euros y durante 36 meses o 15.000 km. Al ser eléctrico se puede beneficiar de las ayudas del Moves. Su precio es ligeramente más caro que su similar de Citroën pero hay que reconocer que es más atractivo aunque igual de cómodo.

Los objetivos de Fernandes son ambiciosos alcanzar unas ventas de 500 unidades al mes en España y Portugal a partir del próximo año, cuando se empezará a comercializar en el país vecino donde hay más penetración de los coches eléctricos.

Lateral del nuevo Fiat Topolino

El nuevo Fiat Topolino es más pequeño que su antepasado mide sólo 2,5 metros de largo, aunque es un poco más ancho, 1,4 metros, y de alto llega a los 1,5 metros. Unas dimensiones que le dan un aspecto muy cuadrado que se aprovecha para un habitáculo también cuadro, con cristales muy verticales y muy aprovechado.

A bordo del Topolino

Los asientos son duros pese al fino cojín que llevan y el del copiloto estratégicamente retrasado para dejar hueco a sus pies para una maleta tipo troley. No hay dudas de donde colocarlo porque está dibujado en el plástico del piso. Con la velocidad limitada a 45 km/h (puede marcar 46 cuesta abajo), una autonomía de 75 km y recarga en cuatro horas, como un electrodoméstico, puede ser una opción para la movilidad urbana. Es sencillo en todo. El cambio son tres botones; el aire acondicionado, las ventanillas abiertas; la radio y el navegador es el soporte para el móvil. Tampoco tiene airbag pero se compra con tres clic en el ordenador. De hecho, si vamos al concesionario hará la misma operación.

El Topolino no es el coche más cómodo del mundo, pero tiene mucha gracia, es muy mono y pese a su minúsculo tamaño no pasa desapercibido. Te miran tanto como con un superdeportivo y además con él oyes perfectamente lo que dicen de ti. Es cierto que en verano en Madrid resulta un poco caluroso, pero tiene incluso algún elemento muy original como un gancho frente al copiloto para colgar el bolso. Perfecto para esa función. Ha llegado otro chico raro al mercado y habrá que ver cómo lo reciben los posibles compradores.