Es positivo, aunque abre la puerta a una etapa que puede estar marcada por el estancamiento. Por eso, el objetivo que se marcan los fabricantes y los vendedores de llegar a 1,5 millones de vehículos puede ser útil para reclamar más ayudas públicas pero es un reto que por ahora es muy difícil de conseguir.
Cinco meses sin ayudas
Hace poco, el sector se había marcado como objetivo alcanzar 1,2 millones de matriculaciones como "nivel natural" para un país como España como umbral para seguir reclamando la continuidad del plan PIVE. Ahora que nos hemos quedado a algo más de 50.000 unidades de los 1,2 millones de coches, los fabricantes de Anfac y los concesionarios y vendedores de Faconauto y Ganvam han elevado el listón hasta 1,3 millones a corto plazo y 1,5 millones de vehículos a medio plazo. Y de esa manera siguen reclamando otro plan PIVE y el cambio de la fiscalidad del automóvil para penalizar a los coches viejos y contaminantes y premiar a los nuevos y más limpios. ¿Tiene sentido reactivar el PIVE cinco meses después de su desaparición? Puede ser discutible después de un parón tan prolongado de las ayudas y teniendo en cuenta que las ventas de coches subieron un 10,9% en 2016. El mercado y los consumidores han empezado a digerir el final del dopaje que se inició cuando las ventas tocaron fondo al llegar a unas 700.000 unidades, y más cuando las marcas y los concesionarios siguen haciendo ofertas para atraer a compradores.
Cláusula suelo de los créditos
Pero es cierto que las compras de clientes particulares se han ido desacelerando en los últimos meses sin PIVE hasta llegar a un incremento del 0,6% en diciembre y con perspectivas de seguir en esa línea plana durante los próximos meses. En la otra cara de la moneda, el crecimiento del PIB seguirá a buen ritmo en 2016, lo que continuará reduciendo el paro aunque con un poder adquisitivo mermado. Por todo ello es probable que tenga más receptividad en el Gobierno el cambio de fiscalidad para pasar de estar vinculada a la compra al uso y penalizando los vehículos más viejos y contaminantes. Puede ser un incentivo más para renovar un coche, aunque en la inmensa mayoría de los casos quien tiene un turismo con la media de 12 años de antigüedad o más es porque no se puede permitir comprarse uno nuevo o seminuevo. Por eso es importante facilitarle la compra con medidas como la rebaja de los altísimos tipos de interés que cobran las financieras de las marcas o los bancos por financiar un coche aplicando una cláusula suelo invisible como la de las hipotecas.