Vaya por delante que el post de hoy es muy personal y, por tanto, muy discutible. En la historia del automóvil y en el mercado existen coches intrascendentes, vulgares y otros que dejan huella. Entre esos últimos se encuentra el Mini, un exitoso revival de BMW que ha marcado una estética seguida por modelos de otras marcas convertidos poco menos que en secuelas.
En la calle de una gran ciudad, rodeados de tráfico, en ocasiones se hace difícil diferenciar un Mini auténtico del resto porque algunas de sus secuelas tienen muchas similitudes en algunas partes claves de la carrocería. El éxito de Mini es indiscutible y marcó una línea de revivals en el sector del automóvil que ha resultado muy fructífera y, en ocasiones, interesante. En otros casos, como el Crysler PT Cruiser, se podían haber ahorrado la versión actualizada.
Las cifras avalan la decisión que tomó BMW de quedarse con la marca Mini al considerar que era la que tenía más potencial del antiguo grupo británico Rover, que vendió a un fabricante chino. Fue lo que pudo salvar la marca de Múnich de la fracasada aventura emprendida por el entonces presidente de BMW, Bernd Pischetsrieder, con la adquisición de la moribunda Rover. La aparición del nuevo Mini se produjo en el año 2000, inmediatamente después de que Pischetsrieder abandonara BMW y asumiera la presidencia de Seat como paso previo para la sustitución de Ferdinand Piëch como presidente de Volkswagen.
La nueva generación del Mini llega ahora a los concesionarios con la versión actual al final de su vida comercial y con un descenso de ventas durante este año después de registrar un aumento del 1,2% en 2013 con 305.030 unidades vendidas en todas sus variedades.
El característico techo plano a menudo de un color diferente al del resto del coche y el primer pilar muy vertical se pueden ver también en adaptaciones de otros modelos como el Suzuki Swift, el Skoda Fabia o el Audi A1. Todos me recuerdan, sin menospreciarlos, a la estética del Mini, especialmente en la unión del primer pilar con e techo y también en la estrechez del vano de las ventanillas posteriores.
Detrás del exitoso diseño del Mini se encuentra un viejo conocido en España, Gert Hildebrand, que fue el creador de la nueva imagen de Seat a mediados de los 90 con la exitosa generación del Toledo y el primer León. El acierto con el Mini le dio caché a Hildebrand y atrajo el interés de Qoros, la nueva marca de la china Chery e Israel Corporation, de la que es el responsable de diseño con el encargo de lograr coches alemanes hechos en China.