¿Es posible que a medida que conducimos aumente la carga de la batería de un coche eléctrico? Aunque pueda parecer algo imposible y que va contra toda lógica, sí es posible. Lo hemos probado en el nuevo Mercedes EQC, el primer coche eléctrico de la marca alemana, que en ocasiones es más un generador de electricidad que un vehículo de 2,5 toneladas.
El Mercedes EQC es un eléctrico discreto, tanto que no parece un eléctrico y tampoco presume de ello de forma ostentosa como otros modelos. Su diseño exterior es muy similar al del Mercedes GLC, un modelo sobre el que se ha construido el EQC. Pero lo acaba desbordando tanto en longitud (es 10 centímetros más largo, hasta 4,76 metros) y, por supuesto, en eficiencia energética y en reducción de emisiones de gases.
Más peso, menos gasto
Y todo ello a pesar de que el EQC tiene que transportar un peso adicional en comparación con el GLC de 652 kilos correspondientes a las potentes baterías de 80 kWh, equivalentes a 408 CV en un coche de combustión interna. Mercedes cifra la autonomía en un rango de 445 a 471 kilómetros, aunque sin contar con los efectos milagrosos de una conducción eficiente.
En la prueba de conducción llevada a cabo en Barcelona hemos comprobado las ventajas del sistema de asistencia a la conducción con el que va equipado el Mercedes EQC. Al descender de una colina, la carga de la batería había aumentado en lugar de bajar gracias a ese sistema que maximiza el ahorro y la eficiencia incluso teniendo en cuenta la tracción integral mediante un motor eléctrico en cada eje que actúan de forma coordinada en función de las necesidades en cada momento. El pedal inteligente y el modo que exprime al máximo el freno motor permite ese 'milagro' de convertir un coche eléctrico en un generador de energía.
Aceleración brutal del EQC
El Mercedes EQC incentiva el ahorro, la conducción eficiente, en un entorno silencioso con un aislamiento acústico sobresaliente. Hasta el punto de que el coche acaba retando al conductor para conseguir ese ahorro de energía sin renunciar a las prestaciones de un vehículo con carrocería coupé pero con alma de deportivo.
La capacidad de aceleración del EQC es literalmente brutal. Los 5,1 segundos que tarda en alcanzar los 100 km/h te dejan pegado al asiento teniendo en cuenta la entrega inmediata y total de potencia, a diferencia de los deportivos de gasolina. Está a la altura o incluso por encima de competidores como el Audi e-tron y el Tesla Model 3 Performance.
El modelo que hemos probado con motivo de los Test Drive del concesionario Cars Barcelona, del grupo Quadis, tiene un equipamiento especial al formar parte de la serie limitada Edition 1886, que se vende por 87.405 euros. La versión básica arranca en 77.425 euros.