Mientras Wayne Griffits desgrana los buenes resultados financieros de Seat en 2023 y esbozaba la hoja de ruta con una inversión de 10.000 millones para la electrificación de la compañía, se conocían unos preocupantes datos de ventas de coches eléctricos en la UE. La cuota de mercado se estanca y el crecimiento de las matriculaciones de vehículos eléctricos sufren una fuerteb desaceleración.
La culpa fue de Alemania principalmente por el desplome de la ventas de eléctricos en el mercado más importante de la UE. Es el resultado del final brusco de las ayudas a los compradores de vehículos electrificados, que se ha convertido en una onda sísmica para todo el continente y más allá. De momento, la producción de turismos eléctricos cayó en febrero en España por el efecto de Alemania y también por la gran debilidad del mercado de la electromovilidad.
El año 2024 ha arrancado con un descenso de la cuota de mercado de los eléctricos, situada en el 4,5%. En cambio, tanto en España como en Europa triunfan los vehículos híbridos no enchufables, el primer y más modesto paso hacia la electrificación.
En busca de los eléctricos prometidos
El problema es que los fabricantes como Seat y el grupo Volkswagen con el proyecto Future: Fast Forward y el resto de compañías tienen la sensación de que les ha empujado a esprintar en la carrera de la movilidad eléctrica y ahora el árbitro mira hacia otro lado. Es por eso que el presidente de Seat y de Anfac elevó el tono de la crítica y las exigencias hacia las administraciones y, en especial, a Pedro Sánchez. Le exige que cumpla lo que prometió ante toda la iundustria en el foro Anfac de que habría una reforma inminente del plan Moves para que sea de una vez efectivo y no un cheque a cobrar más de un año después.
Hay mucho en juego si las ingentes inversiones en marcha no logran el retorno esperado en los planes de negocio y en los Excel de los reguladores que han planificado un horizonte 100% eléctrico a partir de 2035. Es lógico el nerviosismo y preocupación de Griffiths, al igual que otros directivos, porque tiene que vender 500.000 coches eléctricos fabricados en Martorell y otros 300.000 en Pamplona. Esos 800.000 coches eléctricos a partir de 25.000 euros parecen ahora mismo una utopía.
Tanto a Seat como al resto de fabricantes en transición siempre les quedarán los automóviles de combustión o los superventas de los híbridos, aunque si los eléctricos no despiertan de su letargo se convertirán en un peligroso pasivo. Ya se empiezan a ver algunos síntomas a pequeña escala como los 400 empleados que despedirá Stellantis, ingenieros y técnicos que no necesita ante el ritmo más lento de la electrificación. Son avisos de los que deberíamos tomar nota.