La demanda de autocaravanas y cámpers sigue creciendo imparable en España mientras la oferta de producto cae como consecuencia del parón de la producción por falta de componentes. En septiembre se matricularon en España sólo 230 autocaravanas y cámpers, lo que supone un 27% menos que el mismo mes del año anterior y un 59% menos que en 2020, según datos de Aseicar, la asociación española de la industria y comercio del caravaning. Hay que remontarse al confinamiento para encontrar una cifra mensual tan baja en este mercado, que busca la alternativa de la importación de autocaravanas, aunque sean bastante viejas.
En los nueve primeros meses del año se han realizado 4.505 matriculaciones de este tipo de vehículos, un 35% menos que entre enero y septiembre del pasado año. Pero Aseicar avisa que el último trimestre se va a mantener esta tendencia con lo que el año podría cerrarse con una caída del mercado de hasta el 50%. Según explicó Raúl Vaquero, delegado ejecutivo de Aseicar, "el 2023 va a ser también muy difícil para el sector, no hay perspectivas de mejora en los suministros y los precios de las materias primas siguen subiendo".
Problemas en las fábricas
Pese a no ser un vehículo imprescindible, está de moda y la demanda se ha disparado en los últimos años, aunque el precio medio de un vehículo nuevo ronda los 70.000 euros. La falta de componentes ha obligado a reducir entre un 50% y un 60% la capacidad industrial de las principales fábricas de los vehículos industriales (furgonetas y furgones) sobre los que se montan estas casas rodantes. Ha afectado a los mayores suministradores de este sector, sobre todo Fiat, que produce en Italia, Ford en Turquía o Mercedes y Volkswagen en Alemania. La búsqueda de nuevos proveedores como Renault o Man no ha solucionado el problema porque también se están viendo golpeados por la escasez de componentes.
En los últimos grandes salones europeos del caravaning, Dusseldorf en Alemania o Parma en Italia, la oferta de vehículos expuestos ha sido un 20% inferior a otras citas, pero el público ha sido más masivo. En este momento los plazos de entrega de un vehículo nuevo oscilan entre los ocho y los 18 meses, pero las continuas subidas de precios están afectando al precio final pactado, que aunque los grandes fabricantes los mantienen los primeros seis meses, en la entrega final pueden verse afectados por ese efecto inflacionista.
Cámpers usadas a precio de nuevas
En este contexto, el mercado de segunda mano se ha disparado y encarecido. Como explica Raúl Vaquero "en estos vehículos la depreciación es menor que en un automóvil o furgoneta porque más del 50% es el habitáculo y porque hace, en comparación, pocos km al año, sólo en viajes".
La falta de vehículos nuevos ha disparado la demanda de autocaravanas y campers de segunda mano que han subido de precio hasta un 30%. Si uno nuevo cuesta unos 60.000 euros, con dos años de antigüedad se cotiza entorno a 55.000 y con cinco años en 50.000. Esto está provocando también un envejecimiento del parque y canales paralelos de venta sin garantías ni control.
Autocaravanas obsoletas
Raúl Vaquero alerta que “están entrando vehículos de países europeos, donde hay más flota, con ocho o diez años de antigüedad, sin garantía, sin las revisiones obligatorias, sin homologación, con problemas para pasar la ITV española, e incluso con la documentación falsificada y sin distintivo medioambiental”. Aseicar recomienda utilizar canales oficiales para adquirir el vehículo y así para evitar problemas posteriores.
En España hay un parque de unas 98.000 autocaravanas y campers, frente a 610.00 en Alemania, 530.000 en Francia o 227.000 en Italia. La flota de alquiler es de 9.000 vehículos con un precio en temporada alta que oscila entre los 150 y los 190 euros al día y entre 90 y 150 euros en temporada baja.
El pasado verano, según los datos de Aseicar se movieron por España unos 170.000 vehículos, de los que 110.000 tenían matrícula extranjera, con tutas de17 días de media y un gasto de 150 euros diario.