Europa corre el riesgo de perder la "partida global" de las inversiones para la descarbonización, según ha alertado el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz. El motivo es la pérdida de atractivo de la UE por "la cerrazón ideológica que quiere restringir las tecnologías que tienen que ayudar a descarbonizar el mundo", en alusión a la prohibición del motor de combustión a partir de 2035.
Accede al Barómetro Auto Mobility Trends 2023 en este enlace
En el acto de inauguración del primer electrolizador de Repsol en el centro industrial de Petronor, en Muskiz (Vizcaya), Imaz ha alertado de que si Europa sigue en la tónica de la "prohibición, en la restricción", inversiones claves para la descarbonización "van a ir a Estados Unidos". En concreto, ha avisado de que la "mayor parte de la economía mundial no se va a poder electrificar en las próximas dos o tres décadas", ya que en sectores como el de la aviación, el transporte marítimo y pesado, o el del cemento, la química y el papel, "es difícil".
"Vamos a tener un 50 o un 60 % de la economía mundial que no se va a electrificar", ha señalado Imaz, que ha asegurado que esta circunstancia hará necesaria una fuerte inversión en el mundo de los combustibles renovables, indispensables para alcanzar las metas de descarbonización. Ello hace que, en estos momentos, se esté decidiendo "dónde van a invertir las empresas ingentes cantidades de dinero para crear todo un nuevo sector económico".
La "batalla" con Estados Unidos
"Mientras en Estados Unidos se está apostando por la neutralidad tecnológica, en Europa estamos en la prohibición, en la restricción", ha lamentado el consejero delegado de la petrolera española, que ha puesto de ejemplo que se esté discutiendo en Bruselas la "posible prohibición del motor de combustión a partir de 2035". En esta "batalla" por la inversión, el país norteamericano está haciendo una apuesta "muy clara" por la predictibilidad y la estabilidad, incluida fiscal, ha apuntado Imaz.
En su opinión, Europa tiene "talento, tecnología e inversión", motivo por el que ha confiado en que el Viejo Continente "tenga también la apertura ideológica para apostar por la neutralidad tecnológica y dejar que sea la tecnología, y no la ideología", el factor qué decida los combustibles del futuro. "Espero que Europa tenga la visión abierta de apostar por la industria desde el convencimiento", ha sentenciado.