Los gurús de la movilidad llevan tiempo pronosticando que los hábitos están cambiando y que las nuevas fórmulas que transforman la propiedad por el disfrute de un coche se abren paso. En algunos países como Estados Unidos, hay un gran número de usuarios que se han habituado a incluir entre sus suscripciones para ver películas y series y escuchar música otra para poder utilizar un coche. Sin embargo, en nuestro entorno esa alternativa tiene todavía poco desarrolla y a menudo se confunde con sucedáneos confusos y con demasiada letra pequeña para el consumidor.
Tengo que decir que empiezo a estar un poco harto de ofertas que tientan a los compradores con atractivas cuotas mensuales que pueden resultar casi increíbles. Sin embargo, esa tentadora oferta esconde con letra minúscula que el comprador tiene que pagar una entrada que puede llegar a 10.000 euros en algunos casos. De esa manera, y alargando los plazos de amortización, se consigue que las cuotas bajen de forma sustancial.
Auge del renting
En realidad se trata de una vieja fórmula de la que algunas marcas están abusando llevan a equívocos a los clientes potenciales que tienen que asumir elevados tipos de interés en un momento en el que el Euribor se encuentra en una inusual tasa negativa del -0,463%. A menudo se intenta hacer pasar por un renting la financiación de siempre, las antiguas letras, con la que las marcas engordan sus márgenes de beneficio.
Los gurús de la movilidad que describen las tendencias de los mercados más avanzados no se refieren a esos productos, sino a otros en los que el usuario tiene la flexibilidad de contratar un alquiler por periodos largos o bien cortos a un precio razonable. Se trata de pagar por el uso de un bien que puede cambiar de manos.
Si el sector del automóvil quiere recuperar al público joven, tendrá que asumir de una vez que tiene que abrir el modelo de negocio a otras fórmulas que se basen en la propiedad del vehículo y en los segmentos de mercado que se derivan de ese esquema. Y hay que hacerlo con transparencia y honestidad con los consumidores antes de que den la espalda al automóvil.