Cataluña no ha podido esquivar la caída de las ventas de coches ni siquiera en agosto, cuando las matriculaciones crecieron una media del 9% en toda España. Desde hace un tiempo, la comunidad autónoma se ha descolgado de la tendencia general, como sucedió en agosto. La culpa la tiene el nuevo impuesto sobre el CO2 que ha puesto en marcha la Generalitat catalana, que ha ahuyentado a las empresas de grandes flotas de vehículos, según Fecaven, la entidad que agrupa a los concesionarios catalanes.


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"El motivo es suficientemente conocido, un impuesto sobre las emisiones que ha deslocalizado a muchas gestoras de flotas y nos encontramos con que las matriculaciones en Cataluña han perdido peso específico, del 15,7 % de 2014 al 12,2 % de 2022", ha remarcado la patronal. Fecaven ha instado al Govern a analizar la desviación de matriculaciones y valorar el impacto que tiene en la economía esta tendencia. 

Las matriculaciones de turismos y todoterrenos nuevos sumaron 65.352 unidades en los primeros ocho meses del año en Cataluña, un 10,6% menos que en el mismo período de 2021, y en agosto se matricularon un 1,1% menos de vehículos que el mismo mes del año pasado.

Las flotas huyen de Cataluña

En cambio, en el conjunto de España, el número acumulado de matriculaciones hasta agosto se elevó hasta las 533.042, un 9,4% menos que en el mismo periodo de 2021, pese al repunte interanual experimentado en agosto, del 9,1%. Esa mejora se debió exclusivamente al aumento de las compras de vehículos por parte de las empresas y de las compañías de Rent a Car, precisamente las que han optado por matricular fuera de Cataluña para evitar el sobrecoste que supone el impuesto del CO2 catalán. 

Fecavem ha lamentado que las matriculaciones en Cataluña sean peores que la media española, y ha señalado que la caída de las ventas interanuales se debe a que "ya no se matriculan desde hace unos años" flotas de vehículos. La patronal intentó frenar la puesta en marcha del impuesto, que solo se paga en Cataluña y que se suma a los habituales de matriculación y de circulación. Además, alertó de la gran cantidad de errores que contenía la base de datos que utilizó la Agencia Tributaria de Catalunya para hacer los cobros.