Los retrasos en la entrega de vehículos se van moderando, pero no acaban de desaparecer, ya que a la escasez de semiconductores le ha sucedido un nuevo problema, de carácter logístico, y es la falta de camioneros que puedan llevar los coches, que se acumulan en los puertos, a los concesionarios.
Actualmente, las esperas para las entregas de vehículos a los clientes se sitúan en 160 días de media, aunque si se trata de los coches más generalizados en el mercado puede reducirse a 50 días, si bien depende del modelo, siendo mayores las demoras para los vehículos tecnológicamente más avanzados.
El director general de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam), Fernando Miguélez, ha explicado a EFE que esa media de 160 días para que se entregue un vehículo supone una mejora de algo menos de mes y medio respecto a los 240 días, unos ocho meses, que hubo por las tensiones en el suministro de materias primas y de microchips en 2021, tras la pandemia.
Aumento del stock
En el primer trimestre de 2022, los desequilibrios entre oferta y demanda en la industria se mantuvieron, pero ahora se están viendo mejoras, que Ganvam espera que se amplíen, progresivamente, en el primero de 2023. Miguélez ha indicado que, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las existencias han crecido un 5,4 % en el tercer trimestre de 2022, frente a las tasas negativas y de reducción de existencias de vehículos de trimestres anteriores.
Los dos primeros trimestres de 2022 fueron negativos, para cambiar ya en el tercero a una tendencia de crecimiento de las existencias de vehículos, que Ganvam espera que se consolide.
Para los tiempos de disponibilidad de un vehículo, la distribución y la logística son determinantes, más cuando la automoción es una industria globalizada. Por ejemplo, España, que es el segundo fabricante europeo de vehículos, se queda menos del 20 % de los coches que produce, y el resto de los que se venden en el país vienen de fuera, principalmente de Francia, Alemania, Corea del Sur y Estados Unidos, explica Miguélez.
Mejora de la producción
Desde Ganvam esperan que las mejoras que ha habido en la entrega de vehículos en 2022 se mantengan en 2023, pero advierten de que hay muchos problemas aún no resueltos, pues sigue habiendo tensiones en la cadena de suministros y en los costes logísticos y de materias primas.
Por su parte, la patronal de concesionarios oficiales, Faconauto, cifra entre 4 y 6 meses de media la demora en la entrega de un vehículo, aunque depende de la marca, modelo y serie, pues cada marca tiene sus tiempos de fabricación, explican a EFE fuentes de esta organización, que señalan que el problema de falta de materia primas y componentes se va solucionando, aunque lentamente.
Hasta un año ha llegado a tardarse en entregar algún coche, recordaba recientemente en un encuentro con la prensa el presidente de Faconauto, Gerardo Pérez, quien apuntaba que sin acabar la crisis de los semiconductores, otro problema ha surgido que incide en los tiempos de entrega de los coches y es de carácter logístico.
Coches en los puertos
Pérez, que señalaba que en estos momentos puede haber 200.000 pedidos sin entregar, explicaba que no hay camioneros suficientes para poder trasladar los vehículos a los concesionarios y subrayaba cómo se están acumulando en algunos puertos grandes cantidades de coches.
Hace cerca de una semana se conocía que, por ejemplo, el puerto de Santander almacenaba unos 15.000 coches en sus instalaciones, algunos aparcados hasta en cunetas, porque las empresas de logística no podían asumir su traslado.
Y es que, mientras las fábricas están funcionando a mayor ritmo después de las limitaciones que han tenido, las empresas de logística no se han adaptado a ese aumento de la producción, con lo que los coches llegan por barco a los puertos, pero no pueden ser llevados a su destino final por un déficit de camiones.
En España, también se está recuperando la producción de vehículos, con un aumento del 4,2 % hasta noviembre, en que ha superado los 2 millones de unidades en el año, aunque se mantiene un 23 % por debajo del nivel prepandemia, según datos de la patronal de fabricantes, Anfac, que prevé que el año 2022 cerró con cerca de 2,2 millones de unidades producidas.
Anfac atribuye el incremento a los menores cuellos de botella en el comercio internacional, que han facilitado el aprovisionamiento de materiales por parte de las fábricas en el segundo semestre del año, lo que ha permitido que en los últimos meses se hayan registrado crecimientos de la producción respecto al mismo periodo del año anterior, que estuvo más afectado por la falta de microchips.