Ebro, una marca histórica de la automoción española, ha vuelto al mercado con fuerza. En un evento lleno de simbolismo, la compañía presentó sus nuevos modelos, el Ebro S700 y el Ebro S800 como paso previo al inicio de comercialización como pieza clave de la reindustrialización de la antigua fábrica de Nissan de Barcelona. Los vehículos de Ebro, basados en el modelo Tiggo 7 del socio chino Chery, combinan diseño, tecnología y precios competitivos, iniciando su comercialización desde 27.900 euros para el S700

El 70 aniversario de Ebro enmarcó la presentación del retorno del viejo fabricante conocido por sus duros tractores, camiones y furgonetas. Desde su primera planta en 1923 en la Avenida Icaria, pasando por su consolidación en la Zona Franca en 1977, la marca se posiciona como símbolo de la industria automovilística española. Ahora, tras el cierre de Nissan en 2021, Ebro encabeza una "segunda reindustrialización" en Cataluña con un objetivo claro: recuperar el prestigio de una marca nacional y afrontar los retos del mercado actual.

Pedro Calef, presidente de Ebro SUV, destacó la importancia de esta nueva etapa. "Estamos no solo devolviendo la vida a una marca icónica, sino también apostando por un modelo de negocio que equilibre tradición e innovación". Para Bynn Xiao, CEO de Ebro, la marca española resucitada se beneficiará de la tecnología y la experiencia global de Chery, y confirmó la puesta en marcha de un centro de I+D en Barcelona en 2025.

Ebro S800 en la presentación en Barcelona

Ebro S700 y S800: tecnología y precio

Los nuevos modelos Ebro S700 y el S800 se posicionan entre los de Omoda y Jaecco de Chery por equipamiento y precios, ofreciendo versiones de gasolina, híbridas e híbridas enchufables. El Ebro S700 parte con un precio promocional de 27.900 euros con financiación (el mismo con el que se vende el Omoda 5) y de 29.990 sin descuentos en la versión con motor de gasolina 1.6 de 147 caballos de potencia y unas emisiones de CO2 de 159 gramos a los 100 kilómetros. En su equipamiento destaca un interior con dos pantallas horizontales de 12,3 pulgadas y 21 funciones de asistencia de seguridad (Adas). 

El Ebro S800 crece hasta 4,725 metros y ofrece una configuración con tres filas de asientos con siete plazas. Su precio parte de 36.990 euros y llega a 38.990 euros en la versión más equipada con el mismo motor de gasolina 1.6 de 147 caballos. En su interior luce una gran pantalla central de 15,6 pulgadas y un cockpit de 10,6 pulgadas junto a asientos bucket como los del S700 pero con función masaje.

Pese a las tensas relaciones comerciales y políticas entre China y Estados Unidos, los nuevos Ebro, derivados de modelos Chery, cuentan con un potente procesador desarrollado por la norteamericana Qualcomm que refuerza la digitalizacion y la respuesta ante las órdenes formuladas por voz, según explicó la marca.

Interior del Ebro S700

Red comercial y servicio postventa

La estrategia de Ebro incluye acuerdos con las principales cadenas de distribución de vehículos para lograr una red de concesionarios que, según Jorge Susaeta, responsable comercial de la compañía, ya cuenta  con 12 puntos de venta y que llegará a 50 en el primer trimestre de 2025. "Nuestro enfoque premium no solo abarca el producto, sino también la experiencia del cliente, con un servicio postventa que garantiza un 98% de cobertura y entregas en 24 horas desde nuestro almacén en Azuqueca de Henares", indicó Susaeta.

Para despejar dudas, Ebro ofrece una garantía de siete años o 150.000 kilómetros, la misma de Omoda y Jaecoo, reforzada por un call center con personal propio para atender a los clientes de manera personalizada.

El montaje final de los modelos Ebro se realiza actualmente en la antigua planta de Nissan de Barcelona, con un ensamblaje de los vehículos fabricados en China y que irá dando pasos hacia la producción con soldadura y pintura en 2025, cuando Chery empiece a montar sus modelos de Omoda y Jaecoo. Además, Ebro planea ampliar su gama con dos nuevos modelos en la segunda mitad de 2025.

Del éxito de los modelos de Ebro y de los de Chery depende la recolocación de unos 1.200 empleados que se vueron afectados por el cierre de la planta de Nissan. Entre los asistentes a la presentación de los nuevos modelos se encontraban precisamente representantes sindicales de la plantilla, que mostraron su confianza en las ventas para completar la reincorporación de trabajadores.