En unos años, el diésel ha pasado del paraíso al infierno. De tener una cuota de mercado del 70% rondar el 30% y con un desplome que no tiene fin por ahora. Pero, ¿cómo llegó a subir tanto la cuota de mercado de los vehículos con motor de gasóleo? Para responder a esa pregunta hay remontarse a principios de la década de los 90 y ver restrocpectivamente los anuncios de televisión en los que las marcas impulsaban las ventas de turismos diésel presentándolos como la tecnología más avanzada que era el orgullo de los conductores.

Esos spots de coches de gasóleo tienen hoy un aire rancio, trasnochado e incluso inconsciente teniendo en cuenta los problemas de polución por óxido de nitrógeno que provocan esos diésel antiguos. Pero en ese momento, la prioridad era reducir las emisiones de CO2, que eran más bajas con los nuevos turismos de gasóleo. Las administraciones y las marcas empujaban a los consumidores hacia el diésel en Europa, que se convirtió en una excepción frente a Japón y Estados Unidos.

"Cuando con el mismo nivel de equipamiento y mismo precio de un coche de gasolina se tiene todo un Ibiza diésel, hay que estar orgulloso", proclamaba la voz engolada de un anuncio del Seat Ibiza diésel, que se vendía a partir de 1.170.000 pesetas.

Más diésel en España que en Europa

Todas las marcas, en mayor o menor medida, acabaron entrando en la nueva tendencia para promocionar el diésel como la nueva tecnología de moda más eficaz para rebajar el CO2 y con menor consumo, a pesar de que esos primeros coches de gasóleo eran todavía poco refinados y recordaban en ocasiones a un vehículo industrial. 

La progresión del diésel fue espectacular. Pasó del 14% de las ventas en España en 1990 al 70% hasta 2011. España acostumbraba a estar por encima de la media europea en impulso a la movilidad de gasóleo en Europa. 

El Renault 18 hacía gala de esa robustez de los diésel antiguos en un spot en el que la berlina aparece encadenada en un coliseo romano del que escapa como una bestia que consigue liberarse a la fuerza. 

Las marcas francesa se emplearon muy a fondo para situarse a la cabeza de la carrera a favor del diésel Otro ejemplo es el de Peugeot, que en 1993 publicitaba el modelo 106 diésel como "una revolución" asociada a su espaciosidad interna y a su motor de gasóleo.

Citroën fue un nivel más allá con sus famosos juegos de palabras con el diésel en una serie de anuncios televisivos con los humoristas Ignacio Salas y Guillermo Summers. Fueron los creadores del lema El Olimpo de los Diésel o Diesel un gustazo. "Es tiempo de diésel", decía el nuevo dios Kronos. 

Entre las joyas publicitarias que se pueden encontrar rastreando en Youtube se encuentran alsgunos spots de Volkswagen, la marca que aceleró la tendencia a la caída del gasóleo con el escándalo del dieselgate en septiembre de 2015. En uno de los anuncios del Golf TDI destacab la mayor autonomía del coches diésel mediante un conductor que para en en una gasolinera para ir al lavabo aunque sin necesidad de respostar.