Los fabricantes de vehículos suelen lamentar a menudo que los consumidores están muy confundidos con las opciones de movilidad actuales. En otras palabras, que sus dudas sobre las opciones de combustión y electrificadas se convierten en otro factor que ahuyenta a los compradores. Sin embargo, esa confusión es, en parte, promovida por las propias marcas, que abusan de los conceptos relacionados con la electrificación con fines comerciales. El último ejemplo lo tenemos en el supuesto milagro de los Nissan e-Power, algo así como un eléctrico que no se enchufa.
Hace unos meses llamábamos la atención en esta misma sección de Coche Global sobre la empanada mental que tienen muchos consumidores sobre los diferentes tipos de vehículos electrificados. Hasta el punto de que muchos de la mayoría instalada todavía en la movilidad de combustión se miran la electrificación como algo muy complejo y creen que un coche que no se enchufa puede ser un híbrido igual que uno enchufable.
En ese terreno abonado para la confusión juegan algunas marcas al despiste para presumir de electrificación. "Estamos seguros de que nuestros clientes apreciarán la llegada de e-Power al Qashqai, que les permitirá disfrutar de una conducción 100% eléctrica, pero sin necesidad de enchufarlo a la red", prometía Bruno Matucci, consejero director general de Nissan Iberia con motivo del lanzamiento de la versión del SUV que juega a emular un todocamino eléctrico.
La respuesta de algunos usuarios más avezados en la movilidad eléctrica no se hizo esperar. "Como pioneros de la conducción totalmente eléctrica, sugerir que e-Power es una opción válida para que los nuevos compradores se vuelvan eléctricos pero eviten cargar con la molesta energía verde y lograr cero emisiones es una tontería", lamentaba un seguidor de Nissan en Twitter.
Clarificación de conceptos
Como recordaban algunos, el Nissan e-Power es un coche con el sistema catalogado como un híbrido de autonomía extendida, que tiene un motor de gasolina como generador de electricidad que envía a una pequeña batería y a un motor eléctrico que hace de propulsor. Un sistema similar al de otros intentos ya superados como el Opel Ampera de hace más de 10 años. El resultado es que el Nissan Qashqai e-Power tiene una etiqueta Eco, no la Cero, y unas emisiones medias declaradas de 120 gramos de CO2, algo incompatible con el milagro eléctrico que quiere vender Nissan.
En el mercado hay otras marcas que juegan al equívoco en los términos que utilizan sobre el grado de electrificación de sus vehículos. Urge una reacción de las autoridades en materia de consumo para clarificar la publicidad, en la que el término eléctrico debería estar reservado a los coches que realmente lo son. Hay que llamar a cada tecnología por su nombre para que los consumidores empiecen a tener claro qué opciones tienen.