Los directivos y técnicos acusados en el primer juicio penal por el fraude del dieselgate del grupo Volkswagen han conseguido esquivar las penas de cárcel. El proceso ha afectado solo al expresidente de Audi Rupert Stadler y al ingeniero jefe de motores, que han sido condenados a un máximo de dos años de libertad condicional y a multas de hasta 1,1 millones. Se han librado del juicio los máximos directivos del grupo Volkswagen en el momento en el que decidieron ocultar las elevadas emisiones de los motores diésel.
Rupert Stadler, que en su ndía fue visto como un posible sucesor de Martin Winterkorn como presidente del grupo Volkswagen, ha sido condenado en Alemania a un año y nueve meses de libertad condicional y al pago de una multa de 1,1 millones de euros en el juicio por la manipulación de emisiones en vehículos diésel. La sala de lo penal económico de la Audiencia Territorial de Múnich (sur) declaró culpable de fraude a Stadler por haber detenido demasiado tarde la venta de automóviles diésel con valores de emisiones manipulados, según informaron los medios.
Acuerdo para evitar la prisión
La sentencia establece que Stadler, exmiembro asimismo del consejo directivo del grupo Volkswagen (VW), matriz de Audi, deberá pagar la multa acordada de 1,1 millones de euros en parte a las arcas públicas y en parte a varias organizaciones benéficas. Stadler había hecho una confesión basándose en un acuerdo alcanzado con el tribunal y la fiscalía, y según el cual se le ofrecía una condena de entre un año y medio y dos años de libertad condicional y una sanción de 1,1 millones de euros para no entrar en prisión.
El exdirectivo, de 60 años, había declarado su inocencia durante mucho tiempo, y sólo cuando el tribunal le dio a entender que se enfrentaba a una posible pena de prisión confesó haber detenido demasiado tarde la venta en Europa de vehículos manipulados después de que saliera a la luz el escándalo en Estados Unidos en 2015. Reconoció que en vista de los indicios de manipulación también en los modelos europeos, debería haber sido más diligente como presidente, haberse ocupado de esclarecer la cuestión y haber intervenido.
Condena a un ingeniero
El ingeniero Wolfgang Hatz, quien fuera jefe de desarrollo de motores de Audi cuando sucedió el fraude, fue condenado a dos años de libertad condicional y a una multa de 400.000 euros. Durante el juicio confesó haber organizado junto a dos ingenieros la instalación del software de control para manipular los datos de emisiones en las pruebas de talleres.
El juicio, que arrancó en septiembre de 2020, es el primer proceso penal en la tramitación judicial del escándalo de las emisiones en Volkswagen, mientras que a nivel civil ya ha costado miles de millones a la empresa.