El impuesto del CO2 implantado por la Generalitat de Cataluña a los vehículos censados en la comunidad sigue provocando secuelas. Las ventas de coches caerán más del doble en Cataluña que en el conjunto de España por la huida de las flotas de empresas para evitar el nuevo tributo. Además, los concesionarios han denunciado que el Govern está destinando la recaudación a otras finalidades al margen de las previstas para renovar el parque automovilístico.
Los presidentes de las organizaciones de concesionarios de Cataluña (Fecavem) y del conjunto de España (Faconauto) han cargado con contundencia contra lo que consideran un "impuesto injusto" que provoca la pérdida de ventas y el "cabreo" de los catalanes. Jaume Roura, presidente de Fecavem, ha ido más allá y ha denunciado, durante un encuentro en Esade, que el Govern está incumpliendo lo que anunció al destinar la recaudación a financiar acciones y actividades no previstas en la norma que regula el tributo.
Destino de los ingresos por el CO2
El impuesto se empezó a cobrar hace un año por primera vez con una rebaja inicial del 50% debido a la coyunutra económica. El Govern había previsto en los Presupuestos de 2022 unos ingresos de 160 millones de euros. Aunque el Govern anunció que destinaría una parte de los ingresos a impulsar la renovación del parque automovilístico más antiguo (tal como ya hace, por ejemplo, la Comunidad de Madrid con sus propios incentivos), los presupuestos de la Generalitat no incluyeron esa finalidad. Prevén destinar esos 160 millones a cuatro partidas. La más importante es la de actuaciones en materia de prevención y control ambiental para la mitigación y adaptación al cambio climático, a la que se destinan 71,1 millones.
A continuación figura otra partida para la protección del medio natural y la biodiversidad, con 63,3 millones. Además, lo que pagan los automovilistas también servirá para pagar actuaciones en políticas y sensibilización ambiental, con otros 15,5 millones. Por último, el Govern utilizará 8,1 millones del impuesto del CO2 a pagar la modernización de regadíos para el ahorro de agua y energía.
La patronal Fecavem confía en que la nueva consejera de Economia, Natàlia Mas, sea más receptiva a las reclamaciones del sector del automóvil para dejar sin efecto el nuevo impuesto ante los numerosos errores detectados y el impacto negativo que está teniendo en el mercado. Los concesionarios prevé un descenso de las matriculaciones en Cataluña del 7% en 2022, hasta 103.000 vehículos, un 70% menos en relación con las cifras de 2019. En cambio, las ventas bajarán en España un 3% y acabarán en 834.000 turismos.
Un "ataque" a 23.400 trabajadores
El presidente de Faconauto, Gerardo Pérez, ha enmarcado el impuesto de Cataluña en el "disparate en el que estamos inmersos con la política ambiental del Gobierno y de la UE" con una persecución al sector del automóvil, del que dependen el 26% de las emisiones de CO2. "En cataluña se va más allá y sale más caro tener un coche por un impuesto injusto", ha advertido. Para Gerardo Pérez, el impuesto del CO2 de Cataluña "ataca a los 23.400 trabajadores que viven de la venta de coches" en la comunidad.
A su juicio, la prioridad tiene que ser "cuidar el mercado, que da dos millones de empleos en toda España", mediante acciones que impulsen la movilidad eléctrica y elimine las restricciones que suponen los nuevos vehículos "para que la mayoría de la población se pueda acoger a ella".