Francia se ha propuesto acelerar la velocidad de su transición ecológica con un ambicioso plan anunciado por el presidente, Emmanuel Macron. Para que la transformación vaya 2,5 veces más rápida, el Gobierno francés prepara una batería de medidas que incluye un revolucionario renting de coches eléctricos por 100 euros al mes.
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El plan ha sido anunciado tras un Consejo de Ministros extraordinario e incluye medidas en transportes, vivienda y agricultura y persigue crear "una ecología a la francesa" que sirva también para relanzar la economía. "Apostamos por una ecología creadora de riqueza", señaló el presidente al término del Consejo de Ministros que aprobó el plan para los próximos cuatro años, que añade 7.000 millones anuales a los 30.000 millones que se destinan a la transición ecológica en la actualidad.
El objetivo anunciado por Macron es que en 2027 se fabriquen un millón de vehículos eléctricos en Francia y que las cuatro factorías de baterías en proceso de concreción o construcción permitirán a Francia exportar este componente estratégico.
Coches eléctricos asequibles
Impulsar el acceso a esos coches eléctricos será uno de los pilares que han llevado al Gobierno a impulsar un nuevo sistema de renting que promete a los particulares disponer de un vehículo eléctrico, producido en Europa, por 100 euros al mes a partir de 2024.
El Ejecutivo francés prevé presentar lo que denomina como el "renting social" de vehículos eléctricos en noviembre. Macron ha indicado que la nueva fórmula afectará a varias decenas de miles de coches eléctricos en 2024. Esta modalidad iría destinada a automovilistas con ingresos bajos y que no tengan alternatiovas de transporte público para su movilidad.
Entre las medidas adoptadas figura el abandono en 2027, tres años antes de lo marcado por Bruselas, de las dos últimas centrales de generación eléctrica alimentadas por carbón, producto que será sustituido por biomasa, o la inversión de 10.000 millones anuales para potenciar los transportes públicos.
Menos dependencia energética
Macron señaló que la transición energética debe servir para reducir la dependencia exterior de Francia, para lo que se combinará una política de sobriedad, de apuesta por las renovables y por la nuclear. En este sentido, el presidente indicó que en 2030 solo el 40 % de los combustibles utilizados en el país serán fósiles, frente al 60 % actual.
En el terreno de la vivienda, continuarán las ayudas para la renovación y se potenciará la aerotermia para sustituir otros métodos de calefacción y aire acondicionado más contaminantes. En ese sentido, aseguró que multiplicará por tres la producción de estos aparatos en los próximos tres años y se formará a 30.000 instaladores.
El presidente aseguró que la dependencia energética del exterior cuesta a Francia 120.000 millones de euros anuales y apostó por reducirla para invertir ese dinero en ayudas a los más modestos cuando suban los precios de la energía.
Sin reducir la competitividad
Agregó que, a partir de octubre próximo, "Francia recuperará el control de los precios de la electricidad", gracias a la nacionalización de EDF y de su parque de producción nuclear. "Podremos anunciar unos precios de la electricidad que nos darán competitividad a nivel internacional", indicó.
El presidente señaló que la búsqueda de esos objetivos no debe reducir la competitividad internacional de Francia, por lo que apostó por introducir, a nivel europeo, cláusulas que equiparen a los productores europeos de los de otros países y una tasa de carbono. Al tiempo, pidió adaptar el pacto de estabilidad a la transición energética porque "no puede haber una transición ecológica y una estrategia europea de descarbonización si solo hay reglamentación y no una inversión", por lo que afirmó que trabajará por una "inversión masiva" a nivel comunitario.