La Comisión Europea ha anunciado su veredicto sobre la invasión de coches eléctricos chinos: impondrá aranceles adicionales selectivos y a la carta que llegarán hasta el 38,1% que se suman al 10% actual. Por tanto, los nuevos aranceles globales a los coches eléctricos de China llegarían hasta el 48% en el caso máximo. 


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El Ejecutivo comunitario en funciones tras las últimas elecciones al Parlamento europeo justifica la medida al considerar que el crecimiento de las importaciones de vehículos eléctricos chinos subvencionados supone una "amenaza claramente previsible e inminente a la industria de la UE", que genera 2,5 millones de empleos directos y 10,3 millones de puestos indirectos. No obstante, Bruselas deja una puerta abierta a la negociación con China de los aranceles, que tienen que ser ratificados por los países miembros de la UE.

Los nuevos aranceles adicionales no son uniformes, sino que dependen de factores como las marcas concretas y si han colaborado con la Comisión en la investigación. El grupo más perjudicado por los nuevos impuestos es SAIC, que es uno de los que crece más en Europa con la marca MG. A continuación se sitúa Geely, que importa vehículos de Polestar y Volvo entre otras marcas, con un 20%. El grupo BYD, que se disputa l primera posición mundial como fabricante de eléctricos, tendrá que pagar un 17,4% por los coches que envíe al mercado europeo.    

Aranceles provisionales

El arancel medio anunciado por la Comisión Europea es del 21% para los fabricantes que mostraron su cooperación con la investigación comunitaria. En cambio castiga con un 38,1% a las compañías chinas que no colaboraron en la investigación aportando la información solicitada. 

Los nuevos aranceles compensatorios se sumarán al impuesto general que pagaban hasta ahora los coches eléctricos procedentes de China, que es del 10%. Bruselas concreta, en una nota aclaratoria, que "se agregarían los aranceles compensatorios además del arancel de importación ordinario del 10% que se aplica a las importaciones de vehículos eléctricos con batería".

"Nuestro objetivo no es cerrar el mercado europeo a los vehículos eléctricos chinos, sino garantizar una competencia justa", afirmó el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis.

A partir de ahora se abre un periodo en el que Bruselas está abierta al diálogo con las autoridades comerciales chinas. En el caso de que no haya un acuerdo, el día 4 de julio se publicará un reglamento con los nuevos aranceles compensatorios, que entrarían en vigor a partir del 5 de julio. 

Una "amenaza" para Europa

Los nuevos aranceles tienen carácter provisional a la espera de las medidas definitivas, para las que se prevé un plazo máximo de cuatro meses. Las empresas afectadas tienen tres días hábiles para formular alegaciones. 

La investigación comunitaria concluye que toda la cadena de valor de los vehículos eléctricos está "fuertemente subvencionada en China" y que las importaciones presentaban "una amenaza de daño claramente previsible e inminente a la industria de la UE".  Según la Comisión, se han analizado "un gran volumen de pruebas relativas a cada una de las empresas investigadas y sobre esta base pudo calcular un nivel de derechos provisionales correspondiente a los niveles de subvención constatados en cada caso".

Los nuevos aranceles no cuentan con el respaldo de los fabricantes europeos. "Desde Anfac y Acea creemos que el libre comercio y justo es esencial para crear una industria automovilística europea competitiva a nivel global, al mismo tiempo que creemos que una competencia en igualdad de condiciones impulsa la innovación y las opciones para los consumidores", explicaron las patronales de fabricantes de España y Europa.

Rechazo de los fabricantes europeos

“Anfac-explica José López-Tafall, director general de Anfac- defiende tradicionalmente la libre competencia en el mercado, proceda de dónde proceda una mercancía, siempre que todas las transacciones se realicen respetando la legislación vigente en el comercio internacional y que se haya producido en condiciones de igualdad. Si hay alguien que incumple, debe ser penalizado por ello".

"El automóvil aporta anualmente más de 18.000 millones de euros de saldo comercial positivo a la economía española, y nuestro futuro pasa por la pervivencia de un mercado global y abierto en el que desarrollar la competitividad de nuestra industria", destacó López-Tafall, que recordó la defensa de que la Unión Europea, y especialmente España, desarrolle "una política industrial fuerte que incentive la producción y fabricación de vehículos eléctricos en nuestro país, y atraiga nuevas inversiones, todo ello de modo compatible con el libre comercio y la normativa de defensa de la competencia”.