La industria automovilística europea ha hecho su enésimo llamamiento para que la Unión Europea se replantee las temidas multas por exceder los nuevos límites de CO2. Esta vez, la patronal de fabricantes de Europa (Acea) reclama un ejercicio de "realismo" ante lo que Ola Källenius, presidente de la organización y de Mercedes, ve como un dato muy preocupante que muestra la imposibilidad de cumplir con los 93 gramos de CO2: las ventas de coches eléctricos en la UE cayeron casi un 6% en 2024.
El recién nombrado presidente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (Acea), Ola Källenius, envió un mensaje claro a los líderes de la UE en una carta pública: es necesario reorientar el Pacto Verde Europeo para garantizar que la descarbonización sea un camino viable, no un obstáculo insuperable.
Un 13,6% de eléctricos
El sector automovilístico europeo ha sido tradicionalmente, indica, un motor de la economía y la innovación en la región. Sin embargo, las cifras recientes reflejan una realidad preocupante: la cuota de mercado de los coches eléctricos cayó al 13,6 %, un descenso de un punto porcentual respecto al año anterior, "lejos del fuerte aumento necesario para cumplir los estrictos objetivos de CO2 en los próximos años", según Acea. Se estima que para recortar las emisiones medias de los nuevos coches vendidos hasta 93 gramos, los fabricantes tendrían que vender entre el 20 y el 25% de eléctricos en relación con sus matriculaciones globales.
"La industria automovilística de la UE sigue comprometida con la neutralidad climática para 2050, pero el camino hacia un transporte de cero emisiones debe ser un modelo de negocio rentable y no una carga asfixiante", destacó Källenius en relación con las multas a las que se enfrenta el sector, que podrían ascender a unos 15.000 millones.
Källenius planteó tres prioridades fundamentales para el sector:
- Descarbonización realista impulsada por el mercado: La transición hacia vehículos eléctricos debe ser flexible, evitando imponer sanciones que desincentiven la innovación.
- Competitividad global: Adoptar las recomendaciones del informe Draghi para establecer un marco regulatorio que impulse a las industrias europeas frente a sus competidores globales.
- Comercio internacional estratégico: Promover relaciones comerciales más beneficiosas para mantener la ventaja de Europa en un mercado global interconectado.
Una transformación más compleja de lo previsto
La ACEA pide a los líderes europeos una acción política inmediata para aliviar la carga sobre los fabricantes y acelerar la transición sin sacrificar la competitividad. La caída en las ventas de eléctricos no solo evidencia problemas en la adopción del mercado, sino también la falta de infraestructura de carga adecuada y la presión sobre las cadenas de suministro, particularmente en el acceso a materiales críticos como el litio.
"No podemos permitirnos perder competitividad en un momento en que China y Estados Unidos avanzan a pasos agigantados en la movilidad eléctrica. Europa necesita un enfoque más equilibrado, que permita a la industria prosperar mientras avanza hacia la neutralidad climática", insistió Källenius.
Replantear el Pacto Verde
El presidente de ACEA pidió una revisión del Pacto Verde Europeo, sugiriendo que se haga más flexible y menos rígido. Este replanteamiento permitiría convertir la transición verde en una oportunidad económica, en lugar de un desafío que limite la capacidad de las empresas europeas para competir en un mercado global.
La caída en las ventas de coches eléctricos es un síntoma, pero la causa subyacente, según Källenius, radica en la falta de incentivos efectivos para los consumidores, una infraestructura insuficiente y costos elevados para los fabricantes.
Silencio sobre la compra de derechos
Sin embargo, Källenius no dice nada del mecanismo para evitar las multas que se está negociando: las alianzas para comprar derechos de emisiones a marcas especializadas en eléctricos. Esta solución estaría auspiciada por la propia Comisión Europea para evitar el duro golpe de las multas pero sin tener que tocar la normativa conocida como CAFE.
Mercedes encabeza una de als alianzas para comprar derechos a Volvo Cars, Polestar y Smart. Un segundo grupo estaría formado por Stellantis, Toyota, Ford y Mazda junto a Tesla.