Este fin de semana Francia se viste de Fórmula 1 en el histórico circuito de Paul Ricard, en Le Castellet, una pequeña localidad asomada al Mediterráneo. Alpine ha escogido este emblemático lugar para desvelar el prototipo Alpine A110 E-ternité con el que aborda su futuro eléctrico, anunciado hace más de un año por el CEO del Grupo Renault, Luca de Meo, en la presentación del plan Renaulution, en enero de 2021. Alpine es la marca deportiva del Grupo y la que da nombre a sus equipos de competición. En el de F1 milita Fernando Alonso.
Alpine había nacido en 1951 de la mano del mecánico y pionero de la competición tras la II Guerra Mundial Jean Rédélé. Pero no es hasta 1960 cuando se constituye como una empresa consolidada, siempre con una estrecha relación con Renault y con un modelo de éxito, el A110. Ese modelo tuvo tanto éxito que no sólo se fabricó en Dieppe (Normandía), la planta histórica de Alpine, donde se hicieron en el siglo XX más de 6.000 unidades entre 1961 y 1978, sino que incluso tuvo producción española. En la factoría española de Valladolid se hicieron unos 1.500 Alpine entre 1967 y 1976.
Electrificación de Alpine
Cuando Renault resucitó la marca Alpine al final de la primera década del siglo XXI, sus objetivos se centraron en conseguir un diseño que preservase la esencia del modelo original. Antony Villain fue el responsable del diseño final del nuevo Alpine, que conserva el ADN de su antecesor y se sigue produciendo en la planta de Dieppe de forma muy artesanal.
Tras varias evoluciones del A110 y un puñado de series especiales muy codiciadas, llega la versión 100% eléctrica que, según Renault, mantiene las prestaciones, el equilibrio y la agilidad de la versión térmica. Pero el A110 E-ternité tiene peculiaridades que lo hacen diferente, aunque apoyado con la tecnología y experiencia del Grupo Renault en la electrificación.
Tomando como base el chasis y la estructura del Alpine A110 térmico se ha hecho una carrocería semidescapotable, una demanda de los aficionados a la marca desde hace años. Para no modificar la rigidez estructural del modelo, los ingenieros de Alpine han recurrido a dos estructuras de techo fabricadas con carbono reciclado, una solución que permitirá circular con el cielo por techo y sin ruido del motor.
Prestaciones del Alpine eléctrico
Se han utilizado componentes eléctricos que ya se aplican en otros modelos de Renault pero de una forma ingeniosa y diferente. Por ejemplo, los módulos de baterías son los que se usan en el Megane E-Tech 100 % eléctrico, pero para conseguir un reparto óptimo de masas y alojar los doce módulos de los que consta, fue necesario diseñar unas carcasas específicas y adaptar su arquitectura interior y se buscó la forma poco tradicional de colocar cuatro módulos en la parte delantera y ocho en la trasera y se ha conseguido controlar el peso total del vehículo, sólo 258 kilos más que el térmico, gracias a un sistema de baterías ligero que le dota de una autonomía de 420 km.
Para controlar los pesos se ha innovado con el uso de materiales ligeros y ecológicos como el lino, tan resistente como el carbono y con una mejor acústica. Se ha utilizado en algunas piezas de carrocería como la estructura del capó, el techo, la luneta, la rejilla, los asientos y el faldón trasero. Este material procede de la empresa Terre de Lin, que está ubicada cerca de Dieppe.
Muy conectado
El motor eléctrico es el que utiliza el grupo en otros modelos y le dota de una potencia de 178 kW (equivalente a 242 caballos), ligeramente inferior a las versiones térmicas que oscilan entre los 215 y los 221 kW pero que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 250 k/h. Para lograrlo lleva una revisada caja de cambios con doble embrague y pilotaje electrónico de dos velocidades.
Otras innovaciones son un sistema de audio con ocho altavoces y un sistema multimedia que convierte la tableta personal del conductor en la pantalla multimedia del vehículo, con lo que se consigue un sistema operativo siempre actualizado y un entorno conocido de Google o Android.