Wayne Griffiths ha sorprendido con el anuncio de su dimisión como presidente de Anfac. Cumple así con el compromiso que adoptó en su reelección hace unos seis meses, cuando advirtió que solo asumiría el cargo si veía posibilidades de que el Gobierno diera un golpe de timón en sus políticas para impulsar de verdad la electrificación del mercado y la industria automovilística. 


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El directivo, que también es presidente del grupo Seat S.A., ha comunicado su "dimisión irrevocable" a la junta directiva y la asamblea general de Anfac que han tenido lugar este jueves en Madrid. Sin embargo, Griffiths seguirá al frente de la asociación de fabricantes española hasta que la patronal elija a su sucesor de forma extraordinaria. 

"Sin apoyos, sin medidas concretas y sin un compromiso real por parte de los representantes políticos, como presidente de Anfac, ya no puedo aportar más”, ha indicado Griffiths para justificar su dimisión. "La única decisión que puedo tomar, por coherencia, es que otra persona lidere la asocaición. Ha sido una decisión muy meditada y es irrevocable", explica el directivo en una carta publicada en su cuenta de Linkedin. 

"El Grupo Volkswagen me necesita para seguir luchando por la electrificación de Seat y Cupra. Nuestra empresa también ha avanzado mucho desde 2020, y ahora debemos seguir desarrollando las inversiones anunciadas", añade Griffiths en la carta que ha enviado a sus colegas de Anfac.

Promesas incumplidas

El presidente de Anfac ha tirado la toalla después de varias advertencias al Gobierno sobre la necesidad de tomar medidas urgentes para impulsar las ventas de vehículos eléctricos, a las que se comprometió en febrero el presidente Pedro Sánchez. No obstante, esas medidas, que incluyen la reform del ineficaz Plan Moves 3, no han llegado y el mercado de vehículos electrificados está retrocediendo desde principios de este año. 

"En el Foro Anfac del pasado mes de febrero, el presidente del Gobierno también se comprometió a revisar el Plan Moves y a impulsar la infraestructura de recarga. Estas medidas no han llegado. Y por eso estoy decepcionado, porque ahora toca acelerar, no frenar”, ha lamentado Griffiths en un duro comunicado de la organización empresarial. 

"En diciembre -añade Griffiths- renové como presidente de Anfac porque el Gobierno se comprometió a ser un aliado del sector, y a poner en marcha rápidamente medidas concretas y eficaces". Aceptó renovar otro año como presidente de Anfac después de una ronda de contactos con los ministros responsables de las políticas de automoción en las que estos le expresaron su apoyo. Pero ese compromiso no se ha convertido en medidas concretas meses después.

Críticas hacia Teresa Ribera

“España tiene que mejorar la infraestructura pública de recarga y facilitar la compra de coches electrificados con un verdadero plan de incentivos fiscales que permita cobrar la ayuda en el momento de la compra”, explicó Griffiths, que apunta así sus críticas hacia la vicepresidenta Teresa Ribera, que acaba de ser elegida eurodiputada y aspira a entrar en la próxima Comisión Europea. 

En cambio, Griffiths ha elogiado la política llevada a cabo por el Ministerio de Industria al destacar el trabajo realizado con la puesta en marcha y las resoluciones del PERTE VEC, que ha permitido "sentar las bases de la industria del automóvil del futuro".  

“En los últimos meses, he insistido -añade el presidente de Anfac-, en público y en privado, en la necesidad de la colaboración público-privada para convertir a España en un hub de la movilidad eléctrica en Europa. Este era y es mi objetivo, porque nada importante se consigue sin alianzas estratégicas y sin colaboración. Desde hace tiempo, el compromiso de los representantes políticos no está a la altura de lo que merece nuestro país, el segundo fabricante de coches en Europa y el octavo en el mundo”.

Los nervios de los fabricantes están a flor de piel como demuestra el desfase entre las inversiones en marcha para producir vehículos electrificados y el descenso en sus ventas en el mercado español.