La presentación del nuevo SUV híbrido Cupra Tavascan ha quedado empañada no solo por las tormentas sobre Barcelona, sino también por una amenaza que se cierne sobre la compañía. El modelo 100% eléctrico Cupra Tavascan, el nuevo buque insignia y un sueño hecho realidad, se está convirtiendo en una pesadilla por culpa de los aranceles que aplica la Comisión Europea sobre los vehículos fabricados en China. "Con los aranceles del Cupra Tavascan peligra la empresa", ha advertido Wayne Griffiths, presidente de Seat S.A. y CEO de las dos marcas españolas.


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En las últimas semanas, los emisarios de Seat y del grupo Volkswagen han logrado que la Comisión Europea dé un primer paso con la rebaja del arancel que impone al nuevo Tavascan desde el máximo del 38% al 21%, según ha explicado Wayne Griffiths en un encuentro con periodistas mantenido en Barcelona. Pero no es suficiente para evitar un grave impacto en las cuentas del modelo y de la propia empresa y, de rebote, en la fábrica de Martorell.

"Los aranceles del Tavascan causan un problema grande. Cuando desarrollamos el proyecto no estaban en nuestros cálculos estos aranceles. Es incomprensible que un coche diseñado en Europa por un grupo europeo tenga más aranceles que otras compañías no europeas", ha lamentado el máximo directivo del fabricante automovilístico.

El impacto del arancel del Tavascan

"Con los aranceles del Tavascan peligra la empresa -ha afirmado Wayne Griffiths-. Tavascan es un coche muy importante para nosotros también para cumplir los objetivos de CO2, por lo que (si no se vende) tendríamos que reducir los coches de combustión para llegar al nivel de CO2. Por eso estamos luchando para llegar a una solución con el apoyo del Gobierno de España". 

Los coches eléctricos tienen, para Cupra y el resto de marcas europeas, un papel fundamental también para cumplir con la reducción de emisiones medias. Si Seat no lograra vender los 70.000 Tavascan al año previstos, tendría que recortar la producción de los modelos de combustión, que se fabrican en Martorell, para evitar tener que pagar una multa millonaria.

Según el directivo, con un arancel adicional del 21%, que se suma al 10% general, el coche se vendería generando pérdidas debido a que la marca no tiene previsto elevar el precio, que parte en unos 52.000 euros. 

En juego la multa por CO2

El grupo Seat ya cuenta con tener que asumir una importante factura, todavía por concretar, por los aranceles del Cupra Tavascan, que ya se ha empezado a comercializar. Ese coste adicional impactará en los resultados de Seat en 2024, ha reconocido Griffiths, aunque ha recordado que en la primera mitad del año han alcanzado un nivel récord.

En las negociaciones con la Comisión Europea, que está a punto de ser renovada, Seat espera tener el apoyo del Gobierno español, tal como ha hecho el Ejecutivo alemán con sus fabricantes. Sin embargo, el Gobierno español ya ha mostrado su respaldo a los aranceles de Bruselas contra los coches eléctricos importados de China. El objetivo es que la Comisión Europea entienda que el Tavascan es un coche desarrollado en Europa con inversiones de un grupo como Volkswagen. Griffiths aspira a conseguir un arancel del 9%, como el logrado por Tesla para el Model 3, o incluso inferior para que el modelo sea viable y no teng un peligroso impacto en toda la compañía.

El Tavascan es el segundo modelo 100% eléctrico de Cupra después del Born, a la espera de que a final de 2025 llegue el Raval, que se fabricará en Martorell y se venderá con un precio situado entre 25.000 y 30.000 euros.