El choque entre la dirección de Volkswagen y los trabajadores de Alemania es ya una realidad. El comité de dirección de la marca y el grupo Volkswagen se ha tenido que enfrentar a la primera muestra de rechazo de la plantilla al convertir una reunión con los trabajadores en un escrache contra Oliver Blume, el CEO de la compañía, y el resto de los altos directivos, que plantaron cara y advirtieron de que es necesario un ajuste laboral en un tiempo máximo de uno o dos años.
Inscríbete en este enlace para asistir a Auto Mobility Trends 2024
El gigantesco auditorio de la sede central de Volkswagen en Wolfsburg se ha transformado en un manifestódromo. Pancartas, pitadas y gritos han recibido a los altos directivos después de anunciar que la compañía se plantea el cierre de plantas y despidos rompiendo así el blindaje que protegía a los 120.000 trabajadores de Volkswagen en Alemania.
Pancartas ante los directivos de Volkswagen
El anuncio del histórico recorte laboral de VW ha sido recibido por los trabajadores como una declaración de guerra a la que van a responder con contundencia, como se ha podido ver en la primera demostración. Tan solo unos metros separaban a los directivos de las pancartas que rechazaban de forma explícita los despidos, que equiparaban con una patada en el culo a los trabajadores.
El encuentro fue a puerta cerrada pero han trascendido algunos detalles de la tensión vivida. Oliver Blume se ratificó en la necesidad de reducir los costes de Volkswagen en Alemania argumentando, entre otras cosas, que "ya no llegan cheques desde China", en referencia a la mayor competencia en el mercado asiático, donde la marca alemana fue hegemónica durante años.
Mientras los empleados le gritaban "adiós" en alemán, Arno Antilitz, vicepresidente de finanzas de Volkswagen, advirtió a los airados trabajadores que hay poco tiempo para cambiar el rumbo de la marca alemana, "un año, quizás dos". Recordó que la marca ha perdido en Europa unos 500.000 coches en relación con 2019, y no se prevé que se recuperen. Esa cifra equivale a unas dos plantas de tamaño medio, agregó.
IG Metall cuestiona al CEO
La jefa del comité de empresa y dirigente del sindicato IG Metall, Daniela Cavallo, respondió a los directivos que "los trabajadores están preparados para responder cuando los llamemos", sin descartar la huelga.
La sindicalista cuestionó la estrategia marcada por Oliver Blume poniendo como ejemplo la inversión de 5.000 millones de euros en el pequeño fabricante de vehículos eléctricos de EEUU Rivian para aprovechar su 'software'.