Las negociaciones entre Volkswagen y el sindicato alemán IG Metall por los recortes laborales en Alemania han entrado en una etapa decisiva, después de un maratón que comenzó el lunes. Ambas partes trabajan contrarreloj para alcanzar un acuerdo antes de Navidad, en un intento por evitar huelgas masivas previstas para 2025.

Según fuentes cercanas a las conversaciones, el avance hacia un compromiso es posible, aunque no está garantizado debido a la complejidad de los temas en discusión. El sindicato IG Metall, conocido por su firme oposición a cualquier cierre de plantas o despidos masivos, ha calificado las negociaciones como “extremadamente difíciles”. Volkswagen, por su parte, insiste en la necesidad de recortes operativos y ajustes de capacidad para competir con fabricantes asiáticos más ágiles y económicamente eficientes.

Concentración de huelguistas de Volkswagen en Wolfsburg / X IG METALL

Crisis en el mayor fabricante de automóviles de Europa

Mientras Volkswagen mantiene abierta la posibilidad de cerrar fábricas, IG Metall ha prometido “resistencia feroz” y ha descartado aceptar un escenario que implique pérdidas significativas de empleos o capacidad industrial en Alemania.

Con el tiempo jugando en contra, ambas partes intentan evitar una escalada del conflicto que pueda derivar en huelgas generalizadas y parálisis productiva en 2025. Este año será crucial para la industria de automoción europea, marcada por una creciente competencia internacional y un mercado que busca adaptarse a los objetivos de electrificación y sostenibilidad.

Volkswagen ha reiterado la necesidad de una reestructuración profunda para mantenerse como líder de la industria, aunque el sindicato insiste en que los ajustes no deben ser a costa de los trabajadores. El grupo automovilístico exigía un recorte del 10% de los sueldos y nos descartaba el cierre de fábricas. El sindicato metalúrgico propuso un plan de recorte de 1.500 millones mediante la renuncia a pagas de beneficios y otras medidas que implicaban a la alta dirección