La industria de automoción está como un manojo de nervios. El año 2025 se acerca con múltiples amenazas y en un clima de gran incertidumbre en el que los directivos del sector chocan con una elevada volatilidad política en los principales centros de decisión. La urgencia de la situación quedó patente en el repaso al panorama que hizo Josep Maria Recasens como presidente de Anfac. La patronal se ha marcado una nueva hoja de ruta con la esperanza de que los gobiernos español y del resto de Europa tomen conciencia de que las advertencias de los fabricantes son "a vida o muerte", tal como reconoció Reca, que fue de lo más inquietante.

Algunas de las propuestas de los fabricantes automovilísticos que se convirtieron en su prioridad en meses anteriores, como una reforma fiscal que incentive la movilidad sostenible, han pasado hoy a un segundo plano. "La reforma fiscal sigue siendo una prioridad, pero tiene que votarla el Congreso y ya sabemos cómo está el Congreso", advirtió Josep Maria Recasens plasmando una visión más pragmática. Por ello reclaman al Gobierno que prorrogue el plan Moves 3 unos meses para evitar un peligroso vacío en las ayudas a la compra de coches eléctricos, hasta la llegada de un plan nuevo en España o de ámbito europeo.

José López-Tafall y Josep Maria Recasens / ANFAC

Desesperación / indignación de Reca

La base de las preocupaciones del sector del automóvil tienen mucho que ver con lo que diagnosticó Mario Draghi, ex presidente del BCE y exprimer ministro de Italia, que alertó en una reciente auditoría sobre la industria europea de la discrepancia entre el horizonte de descarbonización de la movilidad con la falta de una política industrial y de mercado real. La paradoja es que, después de años de reticencias e incluso de hacer trampas como el dieselgate, los fabricantes tienen ahora como principal prioridad aumentar sus ventas de vehículos eléctricos. Lo necesitan tanto para rentabilizar unas ingentes inversiones como para cumplir con los objetivos de recorte de las emisiones de CO2 en la UE en 2025.

Al acabar su explicación pública, Recasens se mostró al borde de la desesperación / indignación con los dirigentes políticos por haber empujado la automoción hacia un callejón sin salida. "Si no hay acuerdo, nos vamos al garete. Hay que hacer algo porque se nos está cayendo la industria de automoción europea", lamentó en sus declaraciones públicas Reca, que vive los apuros en primera persona como responsable de Ampere, la nueva división de vehículos eléctricos de Renault.

Scholz pide ayudas europeas tras quitarlas en Alemania

La esperanza de Anfac y de la patronal europea Acea es que iniciativas como la proposición del Partido Popular Europeo y la presión de algunos gobiernos junto a la del sector permitan introducir una reconsideración de las multas por incumplir las rebajas de CO2 y que salga adelante la propuesta de un plan paneuropeo de ayudas a la movilidad eléctrica.

El canciller alemán, Olaf Scholz, lanzó la propuesta en una intervención frente a exaltados trabajadores de la planta de Ford en Colonia que ven peligrar sus empleos precisamente por las insuficientes ventas de los nuevos modelos eléctricos Ford Explorer y Capri. Scholz, que ya ha iniciado la precampaña electoral tras el fiasco de la coalición de gobierno en Alemania, salió al paso así de su decisión de suprimir las subvenciones a los vehículos eléctricos alegando defectos de forma de los Presupuestos. El resultado es que las ventas de vehículos enchufables han caído un 17% de enero a noviembre en Alemania, tal como recuerda la patronal VDA, que coincide con el sindicato IG Metall en reclamar la vuelta de las ayudas. 

4.000 millones en ayudas o 15.000 en multas

Reca hizo las cuentas para demostrar que sale más a cuenta que la nueva Comisión Europea destine unos 4.000 millones de euros en incentivos para impulsar las ventas de los 500.000 coches eléctricos que necesita el sector para cumplir con el recorte de emisiones en lugar de imponer unas multas de unos 15.000 millones de euros a los fabricantes. La esperanza del plan europeo fue analizada en el encuentro entre Josep Maria Recasens y el ministro de Industria, Jordi Hereu.  

Con los débiles gobiernos en países como Alemania, Francia y España, el sector del automóvil centra su envite en Bruselas. Incluso confía en que Teresa Ribera, nueva vicepresidenta europea de Transición Justa, sea receptiva a los planteamientos de los fabricantes y deje atrás viejas rencillas de su etapa en el Gobierno de Pedro Sánchez.