La bolsa mundial se ha teñido de rojo después de una intervención de Donald Trump. El anuncio de la imposición de nuevos aranceles de Estados Unidos a China ha tenido una reacción inmediata en los mercados bursátiles con un castigo a las empresas más expuestas al comercio con el gigante asiático. Los principales fabricantes de automóviles y proveedores sufren un desplome que supera en algunos casos el 6%.

Los inversores han echado mano del manual habitual para estos casos. Las órdenes de venta de acciones se centran en las marcas que tienen un porcentaje más alto de negocio en China y que, por tanto, pueden recibir con más dureza las consecuencias de un encarecimiento de las compras o de restricciones en el comercio con el país asiático. 

Entre las compañías más golpeadas por la nueva escalada de la guerra comercial entre EEUU y China se encuentra el proveedor español CIE Automotive, cuyas acciones pierden más de un 4% del valor. Los proveedores Valeo, Delphi y Lear caen el 6,23%, 4,71% y 3,86%, respectivamente.   

Todos los fabricantes caen

En Alemania, BMW caía más de un 5% en la Bolsa de Frankfurt. Volkswagen y Daimler también han sufrido descenso importantes entre el 3% y el 4%.  

Las francesas Renault y Peugeot también se han visto sacudidas por el anuncio del presidente de EEUU al registrar descensos en la cotización de sus acciones del 3% al 4%. 

Los fabricantes de EEUU también sufren importantes retrocesos aunque algo más moderados que la de otros países, con la excepción de Fiat Chrysler (FCA), que cae casi un 4% y de Tesla, un 3,25. Ford y GM perdieron un 2,3% y un 0,5% a la espera de que se inicie la sesión bursátil este viernes en EEUU.

Las marcas japonesas Nissan y Toyota también bajaron pero en la gama media del desplome, que fue de alrededor del 2,5%. El fabricante chino Geely también sufrió una dura caída del 4,36%. 

Escalada en la guerra comercial

China rechazó este viernes la subida de aranceles anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y anunció que "habrá represalias" para "defender sus intereses", aunque no especificó en qué consistirán. "Rechazamos esta medida que rompe con el compromiso alcanzado por los líderes de los dos países en la pasada cumbre del G20 en Osaka. Si EE.UU. pone en marcha estos aranceles, China tendrá que tomar las medidas necesarias para salvaguardar sus intereses legítimos. EE.UU. tendrá que asumir las consecuencias", dijo hoy el Ministerio de Comercio en un comunicado.

La portavoz del Ministerio de Exteriores chino Hua Chunying acusó a Estados Unidos de "chantajear" e "intimidar" con esta medida, a lo que añadió secundando este mensaje que "China no negociará bajo presiones" y que es necesario "respeto mutuo" para que las negociaciones vayan a buen puerto. "Pedimos a EE.UU. que sea responsable. Es hora de que muestren sinceridad, que demuestren que son un socio fiable", añadió.

Trump anunció este jueves, tan solo un día después de que concluyera sin acuerdo una nueva ronda de conversaciones bilaterales, la imposición de nuevos aranceles del 10 % sobre importaciones chinas valoradas en 300.000 millones de dólares a partir del próximo 1 de septiembre. El ministerio de Comercio de China había calificado este jueves de "franca", "eficiente" y "constructiva" -adjetivo este último también utilizado por la Casa Blanca- la última ronda de negociaciones comerciales mantenida en Shanghái entre los días 30 y 31 de julio.

Represalias de China

Los contactos en Shanghái fueron los primeros de alto nivel desde que Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, acordaran una tregua en la reunión del G20 de finales de junio, por la que EE.UU. frenó la nueva imposición de aranceles y accedió a levantar parcial y temporalmente el veto a las transacciones comerciales de la tecnológica china Huawei en el país norteamericano. Ambas partes habían decidido continuar con las negociaciones en septiembre.

La prensa oficial china reaccionó hoy con dureza a la subida arancelaria y aseguró que la Administración Trump "sigue repitiendo su táctica de acoso para presionar a China, lo que muestra que es él quien está ansioso por cerrar un acuerdo", según los expertos consultados por el diario Global Times. El rotativo habla de "sorpresa", lo que podría indicar que Pekín no contaba con la reacción del mandatario estadounidense, y los expertos a los que consulta opinan que la delegación china maneja sus propios tiempos, y que no puede trabajar "de la manera que quiera EE.UU.".

De acuerdo con Wang Xiaosong, de la Universidad del Pueblo, es posible que las represalias chinas pasen esta vez por incluir a firmas y organismos estadounidenses en la lista negra de empresas extranjeras "no fiable", establecida en mayo tras el veto estadounidense a Huawei y de la que aún se desconocen detalles.

La desconfianza parece haberse apoderado de ambas partes: Trump denunciaba ayer que "China se había comprometido a comprar productos agrícolas de Estados Unidos en grandes cantidades, pero no lo hizo", mientras Pekín aseguraba "millones de toneladas de soja han partido de EE.UU. a China desde el 19 de julio", y que firmas chinas han retomado también las compras de algodón, cerdo y sorgo.

Caídas en las bolsas

Según la consultora británica Oxford Economics, la decisión de Trump agriará aún más la relación bilateral, pero apunta que los nuevos aranceles podrían acabar en saco roto puesto que "forman parte de las tácticas negociadoras del presidente estadounidense", y "ya hemos visto ese tipo de tira y afloja en otras ocasiones".

Los mercados financieros reaccionaron con fuertes caídas a ambos lados del Pacífico: el Hang Seng, principal indicador de la Bolsa de Hong Kong, se dejó hoy un 2,35 %, y la Bolsa de Shanghái, un 1,41 %. El Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Wall Street, registró ayer un descenso de un 1,8 %, después de haber abierto la jornada con ganancias.

La guerra comercial entre EEUU y China, desencadenada por el agresivo proteccionismo de Trump desde su llegada al poder en enero de 2017, alcanzó su punto máximo en mayo con la imposición de un arancel del 25 % a importaciones chinas por valor de 250.000 millones de dólares, casi la mitad del total. A ello respondió Pekín con la aplicación de gravámenes similares a 110.000 millones de dólares en importaciones estadounidenses.

La disputa entre las dos mayores economías mundiales tiene consecuencias en todo el mundo, y en sus últimas previsiones de crecimiento global presentadas la pasada el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó sus proyecciones de expansión global al 3,2% este año, una décima menos que en abril, como consecuencia de las "tensiones comerciales" entre Washington y Pekín.