La fábrica de Skoda en la localidad checa de Kavasiny, en la que se produce el Seat Ateca entre otros modelos, sigue atrayendo inversión. La planta acaba de abrir un centro de formación y nuevas instalaciones de pruebas, calidad y logística que son la guinda en la ampliación de la capacidad productiva de la factoría. La última fase del proceso de ampliación y modernización de la planta de Kvasiny ha supuesto una inversión de 13,5 millones de euros después de una inyección de capital de 273 millones entre 2014 y 2017 con el fin de incrementar la capacidad de producción, que pasará de 170.000 unidades anuales a más de 300.000 al año.
Saturación de la planta de Skoda Kvasiny con cinco modelos
En la actualidad, en la fábrica de Skoda en Kvasiny se producen los modelos Superb, Kodiaq, Karoq y el Seat Ateca, que fue adjudicado a la planta checa por los menores costes de ensamblaje en comparación con los de Martorell y con el fin de amortizar las inversiones que ya estaban en marcha. A partir de 2019 se añadirá la producción de la versión híbrida enchufable del modelo Superb. El aumento de capacidad puede resultar insuficiente para asumir toda la producción de los modelos actuales, según explicó el presidente de Seat, Luca de Meo, en una entrevista en Tribuna de Automoción. La urgencia de incrementar el volumen de producción puede beneficiar de rebote a la planta de Martorell, que podría asumir la producción del Seat Ateca, según dijo De Meo. La saturación de la planta checa ha provocado también demoras en las entregas de los Ateca, según han denunciado los sindicatos, que reclaman la repatriación de la producción para agilizar la respuesta a los clientes y conseguir un modelo de alto valor añadido.