Seat ha anunciado que "llega a China" gracias a la entrada en la sociedad conjunta de Volkswagen con el fabricante chino JAC. La marca española empezará a vender coches de Seat a partir de 2020-2021. En realidad se trata del segundo intento de Seat de entrar en el primer mercado del automóvil del mundo después de la tentativa fallida de 2012. El presidente de Seat, Luca de Meo, ha firmado un acuerdo con Volkswagen China y el productor local Anhui Jianghuai Automobile Group (JAC) para participar en la 'joint venture' que pusieron en marcha en 2017. Seat pasará de ser un aliado en esta sociedad conjunta, muy enfocada a la venta de coches eléctricos asequibles, a convertirse en "la marca líder del Grupo Volkswagen en este proyecto". El acuerdo para la entrada de Seat en esta sociedad conjunta ha sido firmado en Berlín en presencia del primer ministro chino, Li Keqiang, y la cancillera, Angela Merkel.
Luca de Meo destaca que China ofrece muchas oportunidades para Seat
Con la entrada de Seat como accionista de JAC Volkswagen, los coches de la marca se empezarán a vender en China en 2020-2021. Luca de Meo ha situado el día de la firma del acuerdo como un hito histórico para la marca de Martorell. "Hoy es un día que pasará a la historia ya que abrimos una nueva etapa que permitirá globalizar la marca e impulsar el desarrollo del vehículo eléctrico. China ofrece muchas oportunidades para SEAT y aportaremos soluciones de movilidad acordes a las necesidades de los clientes. Para nosotros, también es una oportunidad de aprender de las tendencias de futuro que se están desarrollando en China". Además de vender coches de la marca, Seat participará en la creación de un centro de investigación en China centrado en el coche eléctrico, conectado y autónomo que se pondrá en marcha en 2021.
Hasta ahora, Seat había "aportado su 'know how' en las áreas de diseño e I D", según explica la firma. De hecho, el primer modelo eléctrico con el que se estrenó la nueva sociedad de Volkswagen y JAC lleva el nombre de la marca Sol y se basa en el Seat Arona, con el que presenta muy pocas diferencias de diseño. El primer intento de Seat de entrar en China en 2012 acabó de forma precipitada debido a las ventas por debajo de lo previsto y a las pérdidas que acumulaba la marca en plena crisis en Europa.