El expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que aplica Seat desde enero está teniendo menos intensidad de lo previsto inicialmente. Desde ayer martes 16 de marzo, hay 81 empleados que han salido del ERTE y se han reincorporado a su puesto de trabajo, con lo que la afectación de la medida acumula un descenso de 131 trabajadores. 

La reducción de la afectación del ERTE en 81 empleados se suma a la de otros 50 trabajadores menos en situación de suspensión de empleo de forma permanente y rotatoria entre la plantilla desde febrero.

El ERTE acordado entre la dirección de Seat y los sindicatos preveía un máximo de 550 trabajadores afectados en situación de desempleo hasta el verano como medida para ajustar la producción al descenso de las ventas en Europa y a la falta de microchips. Desde esta semana, la cifra de afectados del ERTE pasa a ser de 419, lo que supone una rebaja de un 24%.

La dirección de Seat comunicó a los sindicatos, en la última reunión de seguimiento del ERTE, el nuevo descenso en la afectación del expediente. La reducción de afectados se concentra en las áreas de montaje, revisión final de vehículos y calidad.

Efectos de la falta de chips

Los sindicatos recordaron a la compañía que la reincorporación de los empleados al salir del ERTE tiene que hacerse en sus mismos puestos de trabajo, en el taller en el que se encoentraban anteriormente y con la misma función. 

El ERTE prevé también que haya un máximo de 11.802 empleados afectados en un número de días de parón que puede llegar a 20 en Martorell y Barcelona y 30 en la factoría de cajas de cambio de El Prat. El expediente se debe a la necesidad de reducir la producción ante la escasez de chips que sufren algunos fabricantes de componentes de Seat y de la mayor parte de marcas automovilísticas.

La factoría de Seat de Martorell fue una de las primeras en sufrir los efectos de la escasez de microchips en los componentes que fabrican los proveedores, pero los efectos de la crisis de los microprocesadores se han ido extendiendo a todas las factorías. En sus últimas previsiones, la asociación de fabricantes de vehículos de Europa (ACEA) ha alargado hasta el tercer trimestre de 2021 los efectos por la falta de suministro de chips en la industria de automoción.