La negociación del nuevo convenio colectivo de Seat ha comenzado con retraso y en un clima de tensión entre la dirección de la compañía y los sindicatos. La filial de Volkswagen ha puesto sobre la mesa algunas de las cartas que llevará aparejada la transición ecológica hacia el vehículo eléctrico planificado a partir de 2025. Seat ha planteado la necesidad de ajustar la plantilla y los salarios para adaptar la empresa al nuevo horizonte de electrificación. 

Las dos partes tienen claro que la producción del coche eléctrico requiere menos plantilla ya que necesita menos horas de trabajo para su ensamblaje al tener menos complejidad de componentes. El excedente de plantilla para los próximos años podría llegar, según Matías Carnero, presidente del comité, a 2.400 empleos, lo que equivale a un 16% de los 15.000 empleados con los que cuenta el grupo Seat. Pero esa cifra se podría incrementar con los 1.100 trabajadores de la planta de la filial Seat Componentes (antigua Gearbox) si no logra la asignación de la producción de los futuros motores eléctricos que sustituyan a las cajas de cambio, que se convertirán en obsoletas con los coches eléctricos con una única marcha. 

"Adaptación progresiva"

Seat ha trasladado a los sindicatos la necesidad de aprovechar los próximos cinco años, hasta la llegada del coche eléctrico, para "reorganizarnos y asegurar una adaptación progresiva", según indica Efe. En este escenario, Seat ha afirmado que "la transformación a producir coches eléctricos conlleva una reducción del 30% de horas de fabricación", pero que ello no tiene que "derivar en el 30% de reducción de la plantilla". En esta línea, la dirección asegura que está trabajando para aumentar los volúmenes de producción en los próximos años "y poder compensar parcialmente esta disminución".

Pero los sindicatos desconfían de ese planteamiento al destacar que la producción de coches eléctricos pequeños de las marcas Cupra, Volkswagen y Skoda no sería suficiente. De hecho, los planes del grupo Volkswagen prevén una producción de unas 800.000 unidades entre las plantas de Martorell y de Pamplona. La planta catalana tiene una capaciad de producción para más de 500.000 coches de combustión al año, que en el caso de los eléctricos se podrían incrementar sustancialmente. 

En el terreno salarial, Seat plantea sacrificios a los empleados en forma de pérdida de poder adquisitivo. Plantea la congelación salarial en 2021, renunciando al incremento con una inflación desbocada, así como "contención salarial" de 2022 a 2026 como parte de un paquete de competitividad para conseguir la "rentabilidad sostenible", según han indicado los sindicatos UGT y CCOO en un comunicado.

Primeras medidas sindicales

Las dos centrales han tachado la propuesta inicial de la empresa en la mesa de negociación del convenio de "falta de respeto a la plantilla" después de que haya redoblado esfuerzos dando ejemplo de profesionalidad durante la pandemia y la crisis de los microchips. 

"No entendemos -indican UGT y CCOO- que se hable de un posible excedente de plantilla durante la vigencia del 20 Convenio y que no se den cifras, ni cuales son las alternativas industriales o de modelos de vehículos, que nos tienen que permitir garantizar el mantenimiento del empleo". 

PERTE con garantía de empleo

De momento, los sindicatos han comunicado la paralización de las medidas de flexibilidad y de eficiencia durante la negociación del convenio, y han reclamado a Seat que aclare la situación en la planta de cajas de cambio de El Prat así como el execente de plantilla en cada centro de trabajo. 

La tensión entre sindicatos y dirección de Seat por el convenio ha crecido coincidiendo con el proceso de publicación y adjudicación del PERTE del vehículo eléctrico, dotado con 3,.000 millones en ayudas públicas y al que aspira Seat junto con una alianza de una treintena de empresas. Los sindicatos han instado al Gobierno central a exigir a las empresas que reciban fondos que preserven sus plantillas.