Hace unos días, Wayne Griffiths, presidente de Seat, aseguraba que seguían negociando con la Comisión Europea una reducción de los aranceles sobre el Cupra Tavascan, pero advertía que había que esperar qué pasaba en la votación de los países de la UE y, especialmente, con el de España. Finalmente, los peores presagios se han hecho realidad al aprobar la UE, con la abstención de España, la conversión de los aranceles provisionales en una medida para los próximos cinco años. Seat ha avisado de las consecuencias que tendrán los aranceles sobre la empresa y el empleo


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"Como empresa europea profundamente comprometida con la región, Seat S.A. rechaza firmemente esta decisión, difícil de comprender, especialmente si se compara con las tarifas más favorables que se aplican a los competidores no europeos", indicó el fabricante español tras conocer el resultado de la votación. 

La empresa ha reiterado, incluso con más contundencia, los argumentos que dio con anterioridad Wayne Griffiths: "Las nuevas tarifas sobre el Cupra Tavascan -modelo eléctrico fabricado en una planta de Volkswagen en China- perjudicarán enormemente la estabilidad financiera de la empresa y también podrían amenazar el empleo". 

Una losa sobre el Cupra Tavascan

La repercusión de los aranceles se debe a la dificultad añadida de vender el nuevo modelo eléctrico Tavascan, un SUV coupé convertido en el buque insignia de la firma. La empresa ha dicho que, este año, lo venderá sin subir el precio asumiendo pérdidas. Esas unidades eléctricas son imprescindibles no solo para rentabilizar la inversión, sino también para que Seat logre unas emisiones medias de sus vehículos comercializados que se quede por debajo del tope máximo de las emisiones de CO2 en la UE en 2025. 

"El enfoque de la Comisión Europea en China pasa por alto el impacto más amplio en la producción europea. Una reducción en el número de vehículos Cupra Tavascan eléctricos de batería podría poner en peligro la capacidad de Seat S.A. para cumplir los objetivos de CO2 de su flota en Europa", destaca Seat. Si sucede eso, Seat tendría que pagar multas millonarias.

La alternativa para evitar esa sanción sería reducir la producción y venta de coches de combustión para equilibrar la media del CO2 de la flota vendida, aunque con un elevado precio en términos de recorte de ingresos y de infrautilización de la fábrica de Martorell. 

Impulso a la negociación

Ante el sombrío panorama, Seat sigue inmersa en un intenso proceso de aportación de documentación y de alegaciones ante Bruselas. Seat, al igual que todo el sector de automoción y, en general, los sectores económicos amenazados, ha hecho un llamamiento a la UE y a China para que sigan negociando en octubre para llegar a un acuerdo que evite la entrada en vigor de los aranceles para los próximos cinco años.

"Hasta que se implemente la decisión a finales de octubre, todavía es posible una solución negociada que evite los derechos compensatorios sobre las importaciones de BEV (vehículos eléctricos) procedentes de China", con el fin de evitar "importantes consecuencias negativas tanto para la empresa como para la industria automovilística europea en general".

La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) subrayó los "esfuerzos paralelos que están realizando Bruselas y Pekín para negociar una posible alternativa a los derechos compensatorios". "Para que el sector automovilístico europeo sea competitivo en la carrera mundial de los vehículos eléctricos es fundamental contar con una estrategia industrial integral, como se destaca en el informe Draghi", añadió ACEA.