La tensión en las plantas de Volkswagen en Alemania continúa escalando. Miles de trabajadores han iniciado nuevas huelgas de advertencia de cuatro horas en protesta contra los planes de despidos masivos y cierres de fábricas, que incluyen al menos tres emplazamientos en el país. Estas movilizaciones, organizadas por el sindicato IG Metall, coinciden con la reanudación de las negociaciones para revisar el convenio colectivo y los ambiciosos planes de ahorro del gigante automovilístico.

Paros en nueve fábricas clave

Los paros, que comenzaron este lunes por la mañana en la planta principal de Wolfsburg, afectan a otras ocho instalaciones clave en Alemania: Braunschweig, Emden, Hannover, Kassel, Salzgitter, Chemnitz, Dresde y Zwickau. Según los organizadores, esta segunda oleada de huelgas de advertencia cuenta con el apoyo masivo de los empleados, recordando la participación de unos 100.000 trabajadores en la primera jornada de protestas del pasado 2 de diciembre.

Con una plantilla de aproximadamente 120.000 trabajadores en Alemania y un total de 10 fábricas en el país, Volkswagen se enfrenta a una presión creciente por parte de los sindicatos, que rechazan frontalmente el cierre de plantas y la reducción de empleo como medidas para asegurar la competitividad de la empresa. "En lugar de regalos de Navidad debajo del árbol, la junta directiva considera que debería haber una reducción salarial del 10%", destacó el sindicato IG Metall, que lamentó que "este año no hay espíritu navideño en las regiones de Volkswagen".

Concentración de huelguistas de Volkswagen en Wolfsburg / X IG METALL

El negociador de IG Metall, Thorsten Gröger, dejó clara la posición sindical antes de una nueva reunión de negociación: “Si no vemos ningún movimiento sustancial por parte de la empresa que ofrezca la perspectiva de una estación objetivo para un acuerdo, solo puede haber una respuesta: en 2025 habrá una amenaza del martillo como respuesta al martillo de austeridad". Gröger añadió: “Queremos dar seguridad a los trabajadores para Navidad. ¡Es irresponsable por parte de la junta permitir que esta escalada llegue tan lejos! Hemos hecho nuestras sugerencias. Una cosa está clara: si la junta directiva insiste en posiciones máximas, no llegaremos más lejos. No sólo es necesario encontrar una solución en la mesa de negociaciones, sino que también tiene que ser buena para los empleados".

Un diálogo estancado

El conflicto se intensifica mientras directivos de Volkswagen y representantes sindicales se preparan para retomar las negociaciones este lunes por la tarde. El último encuentro terminó sin avances significativos, ya que la compañía consideró insuficiente la propuesta sindical para ahorrar 1.500 millones de euros en costes laborales.

Oliver Blume, consejero delegado de Volkswagen, calificó esta propuesta como insuficiente y reiteró que “todavía está lejos de ser suficiente para asegurar el futuro de Volkswagen”. Por su parte, IG Metall exige la retirada de los planes de cierre y despidos, subrayando que estas acciones no solo dañan la estabilidad laboral de los trabajadores, sino también la imagen del fabricante en un momento crítico para el sector.

Presiones políticas contra los cierres

La crisis ha llegado al plano político, con el canciller alemán, Olaf Scholz, interviniendo en el debate. En declaraciones al grupo de medios Funke, Scholz instó a Volkswagen a evitar el cierre de fábricas y los despidos masivos, asegurando que “no sería lo correcto” y advirtiendo que la empresa debe encontrar otras formas de mejorar su eficiencia sin recurrir a medidas tan drásticas.

Volkswagen, que emplea a cerca de 300.000 personas en toda Europa, atraviesa un periodo de transformación profunda. El fabricante alemán enfrenta retos como la electrificación acelerada, la competencia feroz de las marcas chinas y la necesidad de cumplir con estrictas regulaciones ambientales.

A medida que se aproximan las vacaciones navideñas, el conflicto laboral se perfila como uno de los más tensos en la historia reciente de la compañía. Con ambas partes manteniendo posiciones firmes, el desenlace de estas negociaciones será clave para determinar el futuro de Volkswagen y su capacidad de adaptarse a un mercado automovilístico en plena revolución.

Mientras tanto, las protestas y los paros siguen marcando el ritmo en las fábricas alemanas, con la amenaza de más huelgas prolongadas si no se logran acuerdos significativos en las próximas reuniones.