El proveedor de componentes de automoción Schaeffler ha anunciado un recorte de 4.700 puestos de trabajo en 15 de sus plantas en Europa, de las cuales dos fábricas cerrarán definitivamente. La medida busca reducir los costes en 290 millones de euros anuales a partir de 2029, en respuesta a la crisis del mercado de vehículos y el entorno competitivo y a un descenso de la rentabilidad en el marco de la evolución hacia la movilidad eléctrica. 


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La decisión se produce poco después de la integración de Vitesco Technologies, especializada en componentes para vehículos eléctricos, una adquisición valorada en 3.640 millones de euros que refuerza la estrategia de Schaeffler hacia la movilidad eléctrica. La compra de Vitesco supone para Schaeffler la oportunidad de acceder a un "know how" clave en el desarrollo de tecnología para vehículos eléctricos, área en la que planea expandirse ante la baja demanda de componentes tradicionales.

En Alemania, donde se eliminarán 2.800 empleos y se cerrarán algunas instalaciones, se verán especialmente afectadas las sedes de Schweinfurt, Homburg y Ratisbona. La compañía alemana se enfrenta a la necesidad de adaptarse ante la presión del mercado global y la transformación del sector hacia la electrificación. En este contexto, planea implementar la mayoría de sus medidas de reestructuración entre 2025 y 2027, lo que generará un coste extraordinario de unos 580 millones de euros, debido a gastos de reubicación y provisiones.

Recorte del beneficio

Schaeffler, que emplea a 120,000 personas en todo el mundo, también reducirá actividades en su planta de Melior Motion en Hameln, Baja Sajonia, dedicada a engranajes para robótica industrial, que será vendida. La decisión llega tras una disminución del 39.8% en sus beneficios netos durante los primeros nueve meses de 2024, debido a una leve caída en los ingresos.

La reestructuración pone de manifiesto las dificultades que enfrenta el sector automotriz europeo en medio de la transición hacia tecnologías más limpias y las presiones económicas derivadas de la baja en la demanda de vehículos de combustión. La planta en Elgoibar (Guipúzcoa) y otros dos centros de actividad en Barcelona y Madrid no fueron mencionados entre las instalaciones afectadas, aunque el impacto en el mercado laboral europeo será notable.