La crisis sanitaria que produjo el SARS-CoV-2 no es responsable de la caída del auto. Ya se venía venir. En 2019, la producción se redujo en España un 0,3% y la venta de coches otro 4,8%. La compra de vehículos por parte de los particulares acumula 17 meses de caída, desde que llegó el nuevo protocolo de medición de emisiones.
Los cambios normativos impactaron en todo el sector. Coches, motos y camiones son más caros cuanto menos contaminan y muchas dudas asaltan a quien se animan a comprar un vehículo. ¿Elijo uno de combustión? Al contaminar más, pagaré más impuestos. ¿Compro un híbrido normal o enchufable? Es una ruleta rusa. ¿Me quedaré tirado? ¿Pago más ahora o espero a que desarrollen coches con más autonomía y a que se extienda una buena infraestructura de recarga?
Con mirada larga
No todo el mundo tiene facilidades para enchufar su vehículo y el precio es un problema. Lo confirma una cifra. El segundo coche más vendido en España en 2019, y lo que llevamos de 2020, cuesta 7.700 euros. La desaceleración productiva no es uniforme. Cada fábrica juega sus propias cartas. Parece que no nos hemos enterado de que cierran plantas donde trabajan más de dos mil personas que hacían muy bien su trabajo, como es el caso de Nissan. Será mayúscula la pérdida de empleo en sus proveedores.
Urge trabajar de una vez como sector, como país, con mirada larga, para atraer más inversión en movilidad, limpia y sostenible, digitalizada y conectada. Es la transformación más importante que ha experimentado el sector del automóvil. Pero ni estamos solos, ni somos los únicos. Otros sí están haciendo los deberes. En CCOO de Industria seguiremos trabajando, a veces predicando en el
desierto, para salir triunfantes de esta situación.
Este artículo se ha publicado en la revista impresa con los resultados del barómetro Auto Mobility Trends, impulsado por Coche Global y YGroup. Pincha en este enlace para acceder a la publicación íntegra.