Los proveedores de componentes de la fábrica de Ford de Almussafes se preparan para recibir el impacto en cadena del recorte de producción y de plantilla. Después del acuerdo sobre el ERE de Ford, que afectará finalmente a 1.124 empleados (20 menos que los 1.144 previstos inicialmente, el Clúster de Automoción y Movilidad de la Comunidad Valenciana (AVIA) alerta de que los nuevos volúmenes de producción "redundarán de una manera u otra en las plantillas de las empresas auxiliares".
Los efectos más fuertes se notarán en los fabricantes de piezas que dependen de forma más directa de los pedidos de Ford, según ha advertido AVIA, que añade que la industria de componentes de la automoción está a la espera de conocer cómo afectará la menor carga de trabajo que encara la planta de Ford en Almussafes con el cese de la producción de dos modelos y el ERE que aplicará durante este año.
Producción de dos modelos
El Ford Kuga, que comenzó a fabricarse en Valencia en 2012, ocupa el mayor volumen de la producción diaria, 800 de los 1.100 totales, en las vertientes híbrida e híbrida enchufable y combustión, en tanto que la Transit, con 300 unidades, tiene los días contados y también cesará a mediados de 2024 en la planta de Almussafes.
Las industrias mantienen "una actitud preventiva" y creen que es pronto para analizar de forma exhaustiva las consecuencias de la situación de la factoría de la multinacional automovilística, a la espera de conocer los volúmenes de trabajo previstos por Ford y que redundarán de una manera u otra en las propias plantillas de las empresas auxiliares.
La asociación industrial ha valorado el esfuerzo tanto de Ford como de los sindicatos con representación en la planta en las negociaciones del ERE, que ha permitido llegar a un acuerdo para la salida de 1.124 empleados de la factoría. "Desde AVIA se quiere poner en valor la generosidad de ambas partes para alcanzar una solución consensuada y generar la menor perturbación ante el adelgazamiento de la plantilla", han manifestado.
20 despidos menos
Los despidos del ERE acordado en Ford España se efectuarán entre el 2 de mayo y el 31 de diciembre de este año y abrirán una etapa de tres años en la que será necesaria la adopción de medidas de transición al vehículo eléctrico para mantener la estabilidad en la factoría valenciana. En la planta de vehículos habrá 940-960 afectados y en la de motores, 140-160, mientras que en las oficinas centrales de Madrid solo afectará a 16 empleados.
De los 5.800 trabajadores actuales en la factoría se pasará a unos 4.600, dedicados a la producción de los modelos Kuga y Transit después del cese de fabricación el pasado 1 de abril de S-Max y Galaxy, lo que ha motivado la aplicación del ERE.
El presidente del Comité de empresa, Carlos Faubel, de UGT, sindicato mayoritario en la planta de Almussafes (Valencia) y que ha firmado en solitario el acuerdo del ERE, ha mostrado su satisfacción por la consecución de la principal reivindicación, la voluntariedad del 100 % de las salidas ya que, con los planes pactados en función de la edad, habrá suficientes empleados que se adherirán al ERE de forma voluntaria, asegura a EFE.
Transición en Almussafes
"Esto nace en el Acuerdo por la Electrificación -entre Ford Europa y UGT-, que garantiza la viabilidad de la fábrica en unos momentos muy delicados de reestructuración y que coinciden con el cambio de paradigma del automóvil", recuerda Faubel. Según el presidente del Comité de empresa, parece que la concreción de los nuevos eléctricos y las inversiones para Almussafes se va a alargar y no se espera un anuncio al respecto en los próximos meses. "Cómo pasamos este valle y cómo transiciona la plantilla para engancharse al eléctrico" es lo que se le viene encima a la planta, tres años hasta 2026, cuando se prevé que salga el primer eléctrico de Valencia.
A su juicio, habrá que hablar de planes de formación para fabricar los nuevos vehículos y quizá sea el momento de afrontar la situación con el Mecanismo RED (de Flexibilidad y Estabilización del Empleo), dirigido a que las empresas puedan hacer frente a situaciones de crisis generales o sectoriales, un instrumento jurídico que permite a las empresas hacer reducciones de jornada y suspensiones temporales de contratos de trabajo ante dificultades económicas.
No obstante, advierte de que es pronto para adelantar acontecimientos y será "cuando tengamos la foto de dónde estamos y qué volumen de empleo se puede requerir" el momento de afrontar la situación con las alternativas posibles.