Mientras los fabricantes de vehículos celebran la rebaja de los objetivos de emiciones de Euo 7 impulsada por España, los proveedores de componentes han rechazado la modificación y reclaman más ambición. La Asociación Europea de Proveedores de Automoción (CLEPA) ha advertido de que la rebaja de Euro 7 aportará "poco o nada" a la mejora de la calidad del aire.


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CLEPA criticó el pacto entre los Estados miembros de la UE para rebajar y retrasar al menos dos años la entrada en vigor de la nueva norma Euro 7. "Los proveedores de automóviles apoyan el avance del Euro 7, con condiciones y límites de prueba realistas. La propuesta de la Comisión (rebajada por los ministros de Industria) podría implementarse eficazmente con algunas precauciones prudentes", declaró en un comunicado el secretario general de CLEPA, Benjamin Krieger.

De Euro 7 a Euro 6

Según los fabricantes de piezas, la tecnología requerida "está disponible y es económicamente viable", por lo que "retroceder al 'Euro 6', como propone el Consejo, no es necesario para mantener la movilidad asequible y no respaldará la implementación de límites de calidad del aire más estrictos ni estimulará la innovación en la UE".

La posición de CLEPA de apoyo a Euro 7 contrasta con la de los fabricantes de vehículos, que a través de la Asociación de Constructores de Automóviles (Acea) y la española Anfac celebraron que este lunes los países de la UE adoptaran un enfoque que "mejora" respecto a una propuesta de la Comisión Europea "completamente desproporcionada". Las marcas de coches consideran que la actualización de las normas entrañaría cargas y sobrecostes inasumibles para un sector en plena transformación hacia los vehículos de cero emisiones, los únicos que se podrán vender en la UE a partir de 2035.

Cesión de la UE a China

En cambio, revisar la normativa podría aportar trabajo a los fabricantes de componentes, un subsector que verá mermada su actividad con el despliegue del vehículo eléctrico, ya que requiere menos piezas y reparaciones en taller.

"En la próxima década, se estima que se venderán 100 millones de vehículos de combustión interna en la UE. Esta decisión determinará si la UE tendrá un papel en la definición de estándares tecnológicos o si dejará esta prerrogativa a Estados Unidos y China", señala CLEPA, que asegura que la normativa rebajada aportaría "poco o nada a la mejora de la calidad del aire".